CARTAS DE LOS LECTORES
Sí, pero no
En referencia al próximo referéndum sobre la independencia de Catalunya que se celebrará el día 1 de octubre, debo confesar que estoy parcialmente de acuerdo. En un país donde la democracia es un derecho prioritario, es necesario poder votar para determinar la incógnita que nos envuelve a todos los catalanes.
¿Qué mejor que disponer de un plebiscito? Por otra parte, a pesar de estar a favor de esta votación, no concibo una Catalunya independiente. ¿Cómo voy a decir sí a la independencia, si nadie me ha aclarado en qué consiste? ¿Qué ventajas y desventajas habrá? ¿Qué supondría la independencia? Ni el Govern de la Generalitat ni todos sus seguidores me han vendido bien el producto. Y si no me lo subastan mejor, yo no lo compro. Y punto.
Por lo tanto, como española y catalana, digo sí al referéndum, no a la independencia.
EMMA ARASA MONEGAL
Barcelona
No en el meu nom
En resposta a la carta “Llibertat per al poble” (8/VI/2017) i signada per Jaume Font González, només vull aclarir-li que la premissa amb la qual comença no és correcta (“Els catalans volem ser independents”). Hauria d’haver escrit: “Quasi la meitat dels catalans volem ser independents”. Més avall parla del “poble català”. Senyor Font, no parli en nom dels catalans, parli en nom seu i deixi que cadascun dels catalans decideixi i pensi el que vol lliurement. No parli en nom d’una catalana, com jo mateixa, que no vol la independència, ni dels milions que tampoc la volen.
Llegeixi la carta que segueix a la seva, “Victorias más holgadas”, signada per Jordi Querol Piera. La realitat de Catalunya és la que exposa des del primer paràgraf. I és de sentit comú que una victòria d’una meitat i escaig no legitima la declaració d’independència. Pur seny català.
JOANINA ROSÉS CURBERA Subscriptora Barcelona
La amnistía fiscal
En el siglo XVII el comercio con las Indias se realizaba en expediciones bianuales con la protección de la Armada por causa de la piratería. La gran corrupción reinante hizo que otros buques se sumaran por su cuenta a este comercio sin poseer licencia para ello. Enterado el gobierno de este hecho, a la postre, no se le ocurrió otra cosa que imponer a estos buques ¡un impuesto sobre los beneficios! Sin sancionarlos por la ilegalidad. Se trataba de un Estado en descomposición económica y ética, que permitía los delitos.
Y hemos llegado hoy día, después de los años, a una parecida situación: nuestro Gobierno emitió un decreto en el 2012 que ofrecía una jugosa oportunidad de regularización de capitales a los defraudadores. Y un número apreciable de ellos se han acogido a él.
La reciente sentencia de nuestro peculiar Tribunal Cons- titucional sobre dicho decreto no tiene desperdicio. Por una parte, declara inconstitucional el decreto, es decir fuera de la ley. Pero, por otra, la misma sentencia no anula los efectos del ilegal decreto sino que permite, tolera, admite e incluso bendice los inmorales efectos del ilegal decreto.
Queda pues claro que la Constitución puede ser gratuitamente vulnerada con el sumiso beneplácito de su guardián.
ANTONIO FITÉ ROVIRA
Sant Cugat del Vallès
Retraso del TC
Cuando se trata de activar su anticatalanismo visceral, el Tribunal Constitucional español no tarda ni dos días en reunirse y sentenciar a favor del Gobierno, independientemente de si el tema es de relevancia popular o simplemente unas leyes no conformes al gusto de la Administración del Estado.
Ahora bien, cuando se trata de corregir unas actuaciones ministeriales desacertadas, las prisas desaparecen, esperan que todos los amiguetes/familiares se hayan aprovechado de la medida legal equivocada, para luego decir a la concurrencia: “No está bien lo que han hecho, pero esta vez les perdono y se pueden quedar con lo robado. Y que no se vuelva a repetir (durante esta legislatura)”.
Así los españoles van tragando los titulares de los periódicos, que les confortan y aseguran que el TC vigila y castiga, cuando en realidad se ha dormido durante años (cinco en este caso) y no ha hecho el trabajo encomendado cuando tocaba.
Mi pregunta a los lectores: ¿en sus trabajos respectivos, reciben la misma consideración por parte de sus superiores por entregar una faena con cinco años de retraso? Aquí lo dejo.
C. GUIARD
Badalona Valores de Echeverría Es verdad que la palabra
mártir no está de moda. Pienso que se le podría atribuir a Ignacio Echeverría, que fue víctima de un ataque mortal por defender a una mujer que estaba siendo apuñalada. La actitud de este joven es sorprendente y muy loable. Mientras sus amigos en la confusión tuvieron que huir, cosa normal en estos casos, y no por ello criticable, él se enfrentó como un héroe. La acción de propinar una paliza con el monopatín a uno de los terroristas llevó a entretener a los otros de no poder matar a más personas.
Deseo felicitar a su familia, especialmente a sus padres, también dándoles todo mi consuelo y mis oraciones, quienes le educaron en la libertad y en el amor al prójimo. Es verdad que el sentimiento de pérdida es muy fuerte, pero abogaría por una cruz al mérito de Ignacio, en defensa de la paz. Espero que el Gobierno español se anticipe a esta pretensión.
CRISTINA CASALS MASSÓ Suscriptora Esplugues de Llobregat
Más Ignacios
Nuestro país, antaño lleno de héroes valientes, ha sufrido una carestía de estos durante décadas. Nos hemos visto reflejados en gente que no refleja los auténticos valores y que su único mérito era haberse hecho rico rápido y muchas veces de manera no clara. Antes admirábamos al literato, al culto, al caritativo, al héroe... Hoy sólo rendimos tributo al dinero.
Ignacio Echeverría merece algo más que unas simples reseñas en los periódicos porque representa todo aquello que algunos aún seguimos admirando: principios, valores, coraje, lucha contra la injusticia... Otros se quedaron mirando, agacharon la cabeza o miraron hacia otro lado. Él no, él cogió su monopatín y fue a salvar la vida de otra persona.
Ignacio, gracias por habernos dado tan gran lección, ojalá sirva para que haya más Ignacios en nuestra sociedad.
Yo, ciudadano de Barcelona, pido a mi ciudad que por favor recordemos a esta gran persona dándole el nombre a una de nuestras calles. Sin duda, merecido homenaje.
JOAQUÍN ÁNGEL OLIVERAS
Barcelona
El caso del Popular
Como accionista de Banco Popular, cada pocos meses recibía el informe para el accionista. En el último (marzo del 2017) se decía que el valor contable por acción era de 2,64 euros, es decir, algo más de 11.000 millones de euros. El banco había superado
las pruebas de solvencia, estaba permanentemente supervisado por el Banco de España y el auditor bendecía sus cuentas. Siendo todo ello así, es evidente que yo, como inversor ocasional, podía comprar con todas las garantías acciones de Banco Popular y eso hice en varias ocasiones.
El miércoles 7 de junio (sin notificación directa a sus accionistas) la JUR (un organismo europeo) decide que el banco no vale 11.000 millones en positivo sino entre 2.000 y 8.000 en negativo. Y acto seguido, a través del FROB, se le regala Banco Popular al Santander. Y de paso se arruina a sus accionistas, diciéndoles que lo que a 31 de marzo valía en cuentas oficiales 2,64 por acción, ahora ya no vale nada.
¿Dónde están ahora aquellos supervisores? ¿Y el auditor? ¿Y la directiva que aprobó aquellos números? Me quitan todas mis acciones sin mandarme informe oficial alguno que demuestre esa nueva valoración y se quedan tan anchos. Permítanme la franqueza, pero todo esto sólo tiene una definición: atraco institucional.
JAVIER VALVERDE
Barcelona
Gracias, Carles
Hace dos años que mantengo una relación obligada y realmente extraña con el cáncer. A Carles Capdevila le diagnosticaron su enfermedad poco después que a mí y su reacción fue una verdadera lección de valor y sentido común. En esos días leí todo lo que se publicó sobre sus sensaciones y también leí todo sobre la reacción de otro valiente, Pau Donés.
Yo no he sido ni soy valiente. He luchado y lucho. Quiero agradecerle a Carles su manera de afrontar la enfermedad y su valor. Y quiero agradecer a la gente que me ha empujado y me empuja sin descanso. Ellos me han hecho parecer valiente sabiendo que no lo soy. Me parece que voy ganando. Seguimos adelante; no nos queda otra.
ENRIC BLESA
Barcelona
Ens falta civisme
En relació amb la carta de la M. Jesús Clemente (“Ens falta civisme”, 3/VI/2017), m’agradaria solidaritzar-me amb la seva queixa. A la plaça del Sol de Baix, zona qualificada per l’Ajuntament com a àrea de joc infantil, des de fa temps hi han proliferat els que en fan ús de pipicà. Diàriament són centenars de gossos els que venen a córrer i a fer les seves necessitats, fins al punt que aquesta plaça se la coneix al barri com la “plaça dels gossos”.
Els animals portats pels seus amos van deixant orines i excrements en una zona pensada per al joc dels nens i corren lliures entre aquests, de vegades molestant i interrompent les seves activitats i jocs, especialment en una zona cimentada on els infants patinen i juguen a pilota. A més, tant gossos com amos passen contínuament sobre les zones enjardinades, danyant la gespa i les plantes.
D’altra banda, els veïns patim les molèsties dels lladrucs constants des de primeres hores del matí fins a ben entrada la nit (de vegades fins a la una o les dues de la matinada). Aquesta situació afecta la qualitat de vida dels veïns exposats i provoca un continu estat d’estrès, i en alguns casos insomni, que afecta el desenvolupament de les nostres activitats quotidianes.
SERGI MASSÓ VIDAL Subscriptor Barcelona
Avinguda Samaranch
Molts dels que vam néixer als anys quaranta o abans, temps de vaques magres i de racionament, en què el pa escassejava per dirho suaument, en què d’embotits només en menjaven els rics (no és demagògia), no com ara, que els xarcuters neden en l’abundància, vam passar moltes dificultats per tirar endavant.
Dit això, em resulta fantasmagòric que es pugui enjudiciar pel seu passat franquista a qui va ser president del Comitè Olímpic Internacional, Joan Antoni Samaranch, i no pel fet que gràcies a ell es van aconseguir els Jocs Olímpics del 92 a Barcelona i, per descomptat, no sols per llegir un paper a Lausana.
Que serveixi com a exemple que entre el 1988 i el 1992 es van invertir més de 27 milions d’euros en instal·lacions esportives de les quals avui dia tots ens estem beneficiant.
És molt simple per a qui no s’ha mullat mai el pompis, possiblement per l’edat, fer una crítica de Samaranch (els puc assegurar que no tinc res a veure amb ell) recordant el seu passat. Crec que el senyor Samaranch es mereix que li donin el seu nom a l’avinguda de l’Estadi.
JOAN GIMÉNEZ RÀFOLS
Puigcerdà
Sortint de l’armari
L’altre dia, després de sopar, jo sense els audiòfons i haventme distret d’esborrar els subtítols de la televisió, mentre llegia un llibre, vaig entrellucar els diàlegs dels tertulians del programa Gent
normal. Vaig apagar la televisió pensant: “Potser no som gent normal els de la nostra tribu”.
Surto, doncs, de l’armari: seixanta anys de casats, vuit fills, dinou nets, dos besnets i en espera d’un tercer. De comercial rodamon he passat a ser assistent domèstic, encarregat de compres als supermercats i mainader quan convé. Potser, parafrasejant el cantautor Raimon: “Nosaltres no som d’eixe món”.
JOAN MARTORELL
Matadepera
Tala d’arbres centenaris
Com a usuari de la BV-5301, m’ha sorprès la tala d’una quantitat d’arbres centenaris a peu de carretera. Inquirint a la zona pel motiu d’aquesta tala, no he trobat cap explicació convincent. Agrairia una plausible informació sobre el motiu de fer desaparèixer aquests arbres monumentals en una carretera del parc del Montseny.
ENRIC ÀLVAREZ GASULLA
Montgat
L’autobús 55
Amb referència a la carta del senyor Xavier Vidal “Busos que triguen” (6/VI/2017), em trobo també en la mateixa situació amb la línia 55. Els dissabtes i els diumenges passen cada 30 o 35 minuts i, de vegades, venen tan plens que el conductor no obre la porta o passa de llarg. També la informació dels temps als panells de les parades és anàrquica i moltes vegades no correspon amb els temps reals (freqüentment mostra “sense informació”), cosa que no passa amb les altres línies.
Què passa amb el 55? Crec que s’haurien de prendre mesures ja que temps enrere era una línia de freqüència molt normal.
M. TERESA DOMÈNECH
Barcelona