Trabajar donde sea
Casi el 60% de los parados de hasta 34 años están dispuestos a cambiar de residencia con tal de encontrar un empleo
Apesar de que tradicionalmente se ha considerado el mercado laboral en España muy poco dado a la movilidad, el cataclismo de la crisis económica puede haber roto la resistencia a echar raíces fuera de la localidad o la provincia de nacimiento. Sobre todo, entre las generaciones más jóvenes, que siguen arrastrando altos niveles de paro y precariedad y tienen menos posibilidades de estar atrapados por las obligaciones familiares y de una hipoteca. El 58,8% de los parados de entre 16 y 34 años aseguran estar dispuestos a cambiar de residencia si eso les permite encontrar un empleo, según datos publicados ayer por el INE.
De acuerdo con esta parte de la robusta Encuesta de Población Activa (EPA), dedicada en esta ocasión a los jóvenes y el mercado laboral, seis de cada diez de los desempleados que se plantearían trasladarse elegirían ir al extranjero en busca de oportunidades laborales. No se trata sólo de un planteamiento hipotético, puesto que 573.000 jóvenes (el 12,5% de los ocupados de dicha franja de edad) reconocieron que habían hecho las maletas para empezar en su empleo actual.
Entre los inactivos, que suman en esta franja de edad casi 3,2 millones de personas, el porcentaje de quienes se trasladaría es más reducido ya que sólo llega 35,6%. Tanto para el colectivo de los que buscan activamente empleo como aquellos que están fuera del mercado laboral (por ejemplo, porque aún están estudiando), los hombres se muestran más dispuestos a abandonar su localidad de residencia que las mujeres.
La encuesta del INE, realizada en colaboración con la Comisión Europea, también se detiene a analizar cómo acostumbran a encontrar trabajo los casi cinco millones de ocupados jóvenes que había en España en el 2016. En concreto, los asalariados confían sobre todo en su red social (la analógica): más de cuatro de cada diez confiesan que lograron su empleo actual a través de familiares, amigos o conocidos. El porcentaje más alto se da entre quienes tienen menos de 25 años. Como método más efectivo para salir de las listas del paro le sigue solicitar directamente empleo a un empresario, por ejemplo, enviando un currículum. Este sistema le ha funcionado al 21,7%, mientras que otro casi 10% respondió a anuncios insertados en medios de comunicación, incluido internet.
Un 8% encontró trabajo gracias a centros de enseñanza y formación, con especial incidencia entre el colectivo de menor edad. Según la encuesta, un mayor número de jóvenes pasó a estar ocupado gracias a oficinas privadas de colocación (3%), que aquellos que lo consiguieron a través de las oficinas públicas de empleo (apenas un 2,4%).
Si se compara con otros estudios realizados por el INE entre toda la población ocupada, los resultados no son muy diferentes. Casi la mitad de los trabajadores hasta los 65 años manifiestan que su nuevo empleo lo obtuvieron gracias a sus contactos personales, frente al 22,2% se dirigió directamente a las empresas y el 6,9% que respondió a ofertas publicadas. La intermediación de los servicios públicos de empleo (2,5%) vuelve a figurar con el farolillo rojo.
Además, poco más del 10% de los jóvenes que llevan menos de un año en su último trabajo o están parados han recibido apoyo de la administración para encontrar empleo.
Más de cuatro de cada diez jóvenes asalariados tienen trabajo gracias a familiares y amigos