El impulsor de la era digital en África El diseño es ahora su apuesta para evitar que su país dependa del precio de las materias primas
MANDELA LE PIDIÓ QUE DEVOLVIERA EL ORGULLO A ÁFRICA Y JUNTOS PUSIERON A UN ASTRONAUTA AFRICANO EN ÓRBITA, ORGANIZARON EL MUNDIAL DE FÚTBOL E INICIARON LA DIGITALIZACIÓN AFRICANA
Naidoo estaba acabando el doctorado en Medicina cuando Mandela salió de la cárcel. Conocerlo cambió su vida, porque Madiba pidió ayuda a aquel médico inquieto y comprometido para derrotar el apartheid y después curar lo que más dolía a los africanos en ese momento: su autoestima.
Así nació la primera de las iniciativas de Ravi y la que literalmente le puso en órbita: había que conseguir enviar a un africano al espacio.
Para lograrlo, en 1994 fundó una empresa, Interactive Africa, que empezó por atraer la atención de las grandes firmas tecnológicas con el rally African Connection. La idea era demostrar al mundo que el continente tenía líderes, talento y capacidad organizativa.
El relato de su aventura ha cautivado estos días a los asistentes a la Barcelona Design Week, donde ha promocionado International Design Indaba (“asamblea del diseño” en zulú), la cumbre de los diseñadores africanos que reúne cada año a profesionales de todo el planeta en Ciudad del Cabo.
Cuando empezó el rally African Connection, en 1999, los 6 millones de habitantes de Manhattan tenían en el banco más fondos que los 650 millones de africanos en conjunto.
La idea era que África había perdido la revolución industrial, pero podía engancharse a la digital. Y el concepto que popularizó Ravi Naidoo fue el leap frog (salto de rana). Los países en desarrollo africano pueden dar esos saltos, porque no tienen que renovar infraestructuras obsoletas como los ya desarrollados, sino apostar desde el principio por las más innovadoras.
Sin haber invertido ni un solo dólar en cables muchos países africanos tienen hoy a todos sus habitantes conectados por móvil. En Sudáfrica, por ejemplo, existe saturación digital: 55 millones de celulares. Son la base sobre la que el equipo emprendedor de Naidoo quiere crear “lagunas de excelencia tecnológica, polos de desarrollo digital que atraigan inversiones al continente y extiendan su prosperidad como manchas de aceite”.
El rally recorrió África desde Túnez hasta Ciudad del Cabo y promocionó las tecnologías digitales en 25 países. También consiguió inversiones de las más importantes compañías de telecomunicaciones que hoy obtienen jugosos beneficios en el continente.
“Así convencimos a Amazon, por ejemplo, de que se instalara en Johannesburgo, donde, aunque poca gente lo sabe, tiene la sede de su empresa en la nube para aprovechar –explica Naidoo a La Vanguardia– los bajos salarios y las excelentes habilidades de programación de nuestros mejores jóvenes”. Pero, ¿y la aventura africana del espacio? “Todo está relacionado, exmotor plica Naidoo, porque aquellas inversiones convirtieron a Ciudad del Cabo en una gran plataforma tecnológica”. Uno de los emprendedores que supieron aprovecharla y hacerse billonario fue el ingeniero Mark Shuttleworth, quien en el 2002 se convirtió en el primer africano que conquistaba el espacio. Shuttleworth se pagó un viaje a la Estación Espacial Internacional en una nave Soyuz desde la lanzadera rusa de Valkanur.
El momento culminante de la misión fue la conversación que el presidente Mandela mantuvo con su cosmonauta. La peripecia del sudafricano llenó de orgullo al continente y aún hoy es el principal motivador de su fundación para promover el estudio de las matemáticas y la tecnología entre los jóvenes africanos.
En ese punto llegó la gran apuesta organizativa de Ravi Naidoo y su equipo: conseguir que una Copa del Mundo de Fútbol se celebrara en África.
Así comenzó una intensa campaña de lobby, en la que el propio Mandela fue uno de los grandes activos, que culminó con la celebración del Mundial de Fútbol del 2010, que tanto mejoró la autoestima y el reconocimiento internacional de Sudáfrica y los africanos.
“Pero Naidoo no se conforma: seguimos dependiendo sobre todo de las materias primas. Y es un error, porque, por ejemplo, nuestro oro, convertido en una joya, aumenta 15 veces su valor: ¿por qué no diseñarlo nosotros?
Así lanzó su última iniciativa, la International Design Indaba, que gana prestigio en cada edición y ya ha conseguido atraer talento como para erigir el primer museo africano de arte contemporáneo, el Zeitz Museum of Contemporary Art Africa (Zeitz Mocaa), que abrirá sus puertas en Ciudad del Cabo el 22 de septiembre próximo. “Ahora trabajamos –concluye Naidoo– para que África llegué desde la revolución digital a la del conocimiento” .