Como se descubren las fosas comunes
Olivier Rolin está convencido de que los habitantes de los pueblos cercanos a los campos de concentración conocían esta realidad. “Veían a diario como los trasladaban a otras poblaciones para ir a trabajar y eran muchas las familias que tenían parientes o conocidos que estaban detenidos”. El régimen soviético no los escondía porque quería inspirar miedo, pero en cambio no reconocía las ejecuciones. Sólo años después, como en el caso de Vangengheim, se supo que la condena a diez años de reclusión sin derecho a correspondencia ni a saber donde estaban significaba la muerte. Rolin está convencido de que tampoco eran conocidas las formas de ejecución. “Probablemente se imaginaban que era fusilados, como si se tratase de una acción militar, no podían saber que eran desnudados, trasladados en volquetes de camiones, asesinados de un tiro en la nuca y enterrados en fosas comunes”. La fosa donde fue enterrado este meteorólogo no fue descubierta hasta 1997, cuando a 19 kilómetros de la cárcel de aislamiento, en el bosque de Medvezhiegorsk, hallaron un terreno con depresiones cuadrangulares. “Conviene saber que la descomposición de los cuerpos provoca un hundimiento del suelo de entre diez y treinta centímetros y ese es uno de los indicios que permiten localizar una fosa común antigua, así como un cambio en la vegetación, pues la hierba, por ejemplo, o matorrales, substituyen el musgo”, explica Rolin.