Carlos Álvarez: “La nada más absoluta es la respuesta que halla Don Giovanni”
“Llevo muchos años haciendo Don Giovanni y veo que esta producción es capaz de crear una respuesta a una pregunta que siempre me hacía: ¿qué sucede al final con Don Giovanni?”.
Quien habla es Carlos Álvarez, el barítono de moda, el muy fiable malagueño que garantiza el éxito allá donde va, como demuestra el hecho de que el Liceu lo quiera cada temporada
–se le vio hace poco en Rigoletto y coincidirá con Jonas Kaufmann en Andrea Chénier en 2018–, o que también Peralada cuente de nuevo con él este verano, en Madama Butterfly.
¿Qué sucede pues con Don Giovanni?
“Es verdad que es un mito y puede regresar de la muerte, pero en este caso, que el final sea llegar a la nada más absoluta, a la desolación, es una magnífica respuesta a alguien que fundamentalmente lo que hace es buscar e intentar saciar esa necesidad continua”, apunta el protagonista del segundo reparto –el primero lo encabeza el polaco Mariusz Kwiecien–. Don Giovanni es un ser social y al final se queda absolutamente solo.
“Esta producción va en un diminuendo constante, por usar un término musical: desde la mayor euforia del principio hasta este final desolador”, indica Álvarez, para el que éste puede ser su Don Giovanni número 20. “No llevo la cuenta, la última fue en la Scala con Gustavo Dudamel”. Lo ha llegado a interpretar incluso en un cementerio, escena en la que transcurría la acción.
Al igual que en otras producciones, en esta del Liceu se ha utilizado un final alternativo. Se ha eliminado parte de la música justo después de la muerte del Commendatore (interpretado aquí por Eric Halfvarson y Mariano Buccino, este último en el reparto de Álvarez). Pero sí aparece la fuga final, de forma que lo que se ha eliminado es el sexteto en el que se relata qué es lo que va a hacer cada personaje. “Holten ha querido focalizar la acción en el destino de Don Giovanni sin necesidad de saber qué pasaría al resto de personajes”, apunta Álvarez “En otros finales alternativos se detiene la ópera con la muerte y la consiguiente desaparición del protagonista a manos del Commendatore y su destino, pero en este caso se queda absolutamente solo... da mucha pena. No sé si es el final más adecuado porque es algo moralizante: si te portas mal te quedas solo en la sociedad. Hoy se podrían hacer otro tipo de locuras, porque moralizante lo era en época de Da Ponte, pero haciéndole caso al texto... esto es el fin de quien hace mal”.
Anatoli Sivko será el Leporello de Álvarez, y Rocío Ignacio su Zerlina, papel que en el primer reparto cantará Julia Lezhneva.