Reagrupación familiar.
La primera dama y su hijo se trasladan a Washington una vez acabado el curso
Acabado el curso escolar, la esposa de Trump, Melania, y su hijo Barron se instalan al fin en la Casa Blanca. Mientras tanto, dos fiscales demandarán a Trump por pagos de gobiernos a sus empresas.
A Barron le toca hacer su primera mudanza a los once años, recién acabado su quinto curso y una vez graduado en primaria.
Asuntos de familia. Se ha visto obligado ha dejar su mansión de la Quinta Avenida de Nueva York para trasladarse a una residencia pública en Washington. Un lugar llamado Casa Blanca.
Para aterrizar en su nueva morada, llevaba una camiseta con la leyenda “The expert” (el experto) y jugaba con uno de esos populares fidget spinner (giradores inquietos) como cualquier otro niño.
Pero no es un chico corriente. Entiéndase. Su padre, Donald Trump, ya tenía una trayectoria que no dejaba indiferente ni a los suyos. Y, suma y sigue, salió elegido presidente. Además, su recorrido al frente del país no está siendo precisamente de los que despiertan admiración, sino más bien lo contrario: un bochorno.
Pues eso, Barron y sus circunstancias le hacen ser diferente. Desde la toma de posesión de su padre –el 20 de enero– hasta este domingo, el quinto hijo de Trump –el presidente celebra mañana su 71.º cumpleaños–, el único con su tercera esposa, Melania, de 47, siguió domiciliado en Manhattan, junto a su madre.
Esto la convirtió a ella en una de las primeras damas más ausentes de la historia y animó el grito activista de “Free Melania”, esa liberación por ser antes madre que esposa del presidente, aunque también provocó rechazo porque muchos la ven como una mujer sin voz. “Se ha transformado en el símbolo prominente de la miseria bajo Trump”, escribe Anne Helen Petersen.
Su hijo acabó el curso la pasada semana en el Columbia Grammar Prep, colegio de prestigio del Upper West Side neoyorquino. Así llegó el momento de la despedida. Ese instante que Melania había marcado para trasladarse al 1600 de Pennsylvania Ave, en la capital estadounidense, y remendar la tradición que ella había roto de convivir juntos, pero no revueltos, con su marido, el conocido como living
apart together. Llevó a la practica lo que Michelle Obama insinuó pero nunca realizó.
“Ansiosa de los recuerdos que tendremos en nuestro nuevo hogar. Día de mudanza”, tuiteó la primera dama. Su portavoz, Stephanie Grisham lo confirmó en la misma red social. “Es oficial. Flotus (designación de la esposa del presidente o Potus) & Barron se han trasladado a DC. Bienvenidos a casa”, señaló Grisham.
En este tránsito ha surgido un dilema. En los medios de la realidad alternativa, resulta más que imaginable la aparición de una teoría conspirativa si una hija de los Obama hubiese lucido un mensaje como el de Barron.
Sin embargo, esos mismos medios apuntaron que los fans del
trumpismo vieron en el “The expert” una alusión a que el menor de los Trump es muy habilidoso con los ordenadores. Su padre, tirando de su hipérbole habitual, aseguró en campaña que Barron era “increíble” en ese terreno.
Sus excompañeros de escuela tal vez replicarían que era un experto en quejarse a la directora del colegio a la mínima sensación de no ser bien tratado.
Barron, que empezará sexto en la St. Andrew’s Episcopal School (Maryland), no es un chico corriente. Es el primer niño que reside en la Casa Blanca desde John Kennedy jr., en 1963.
Melania vuelve a la tradición de las primeras damas y su hijo crea el dilema por el lema de su camiseta