La Fundació Macba cumple 30 años y piensa en la ampliación
La institución celebra su 30.º aniversario y se marca como reto de futuro la ampliación del museo
En 1987, un grupo de 33 empresarios se reunían en Barcelona para poner en marcha una operación de mecenazgo cultural sin precedentes. La iniciativa había partido del alcalde, Pasqual Maragall, y del empresario Leopoldo Rodés, apenas una semana después de la proclamación de la candidatura olímpica, y se trataba de dotar de colección a un futuro museo de arte contemporáneo que por aquel entonces era sólo una idea, un solar vacío en medio del Raval. Nacía así la Fundació Macba, un modelo visionario basado en la participación de la sociedad civil en la gestación de los grandes equipamientos culturales. Partía de cero, sin una sola obra, y hoy cuenta ya con una colección de más de 1.600.
Treinta años después de aquel primer encuentro, la Fundació Macba daba ayer el pistoletazo de salida de la celebración de la efeméride con un acto que reunió al presidente de la Generalitat de Catalunya, Carles Puigdemont; el ministro de Educación, Cultura y Deportes y portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo; el conseller de Cultura de la Generalitat de Catalunya, Santi Vila, y el segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni. Un acto festivo, pese a que en el ambiente flotaban las ausencias de Maragall y Rodés, este último fallecido en el 2015, y de quien la actual presidenta de la Fundación Macba, Ainhoa Grandes, recordó , “su importante compromiso, visión y dedicación, que hicieron realidad la constitución del Macba y la excelencia de su colección. Sin su tenacidad el museo no sería hoy una realidad”.
Ainhoa Grandes y Ferran Barenblit, director del museo, fueron los encargados de guiar a los políticos por las obras de Col·lecció Macba 31, una exposición que reflexiona sobre las diversas formas de conflicto en el mundo actual y a cuya entrada se sitúa el célebre Cubo de condensación de Hans Haacke, una escultura de metacrilato con forma de urna gigante. Nadie hizo referencia a la convocatoria del referéndum, pero la asociación fue inevitable.
Previamente, Méndez Vigo y Santi Vila charlaron distendidamente con Ainhoa Grandes mientras esperaban la llegada de Puigdemont. Y la cordialidad volvió a reinar en los discursos, en los que todos los intervinientes adoptaron en un momento u otro el castellano por deferencia al ministro de Cultura, y el propio Méndez de Vigo realizó el primer tramo de su discurso en catalán. La presidenta de la fundación pidió a las instituciones apoyo para ampliar el museo, para crecer y ganar espacio, a lo que el ministro respondió parafraseando a Josep Pla: “El dinero no da la felicidad, pero tampoco es un serio obstáculo”. Por su parte, Puigdemont le reclamó que “equilibre las aportaciones que realiza a las instituciones culturales catalanas a las que realiza a los grandes equipamientos culturales de Madrid” y sentenció que “si nos conformamos con lo que tenemos, dentro de 30 años estaremos celebrando una naturaleza muerta”.
Puigdemont reclama a Méndez de Vigo que reequilibre las aportaciones a los equipamientos catalanes