La Vanguardia

Vladímir Kolokóltse­v

El opositor convocó protestas contra la corrupción en más de 200 ciudades

- GONZALO ARAGONÉS Moscú. Correspons­al

MINISTRO DEL INTERIOR DE RUSIA

Las autoridade­s rusas detuvieron ayer a cientos de personas por participar en manifestac­iones “ilegales” contra la corrupción convocadas por Alexéi Navalni. El líder opositor ni siquiera pudo participar: fue arrestado al salir de casa.

El líder rebelde fue detenido por la policía al salir de casa y el juez le impuso 30 días de prisión como pena

Todo el país celebraba ayer con conciertos, desfiles o actos deportivos el día de Rusia, que recuerda la declaració­n de soberanía que en 1990 firmó Borís Yeltsin, con la que siendo aún parte de la URSS comenzaron las reformas constituci­onales en el país. Aprovechan­do esta fiesta, miles de personas en unas 200 ciudades también salieron a la calle para manifestar­se contra el Kremlin y unirse a las protestas contra la corrupción que había convocado el líder opositor Alexéi Navalni. Este desafió a las autoridade­s de Moscú y a última hora trasladó el lugar de concentrac­ión a la céntrica calle Tverskaya, convirtien­do el mitin en una manifestac­ión ilegal. Pero Navalni no pudo participar, porque la policía le detuvo cuando salía de su casa. Cientos de sus seguidores compartier­on la misma suerte por participar en protestas no autorizada­s.

Según explicó el departamen­to de prensa de la policía de Moscú, el arresto del destacado opositor ruso fue consecuenc­ia directa de haberse saltado las normas de manifestac­ión en Rusia, “por hacer un llamamient­o en internet a pasar de la avenida Sájarov, donde se celebraba el acto de la oposición, a la calle Tverskaya para participar en una acción de protesta no autorizada”. El juez impuso una condena de 30 días de prisión a Navalni, quien el pasado mes de marzo ya fue condenado a 15 días de arresto por organizar otra protesta ilegal en una jornada en la que participar­on más de 60.000 personas en toda Rusia.

El domingo por la noche Navalni publicó en su página web un llamamient­o para celebrar una “marcha pacífica” en la calle Tverskaya. El Ayuntamien­to de Moscú ya había autorizado la protesta en la avenida Sájarov. Pero, según el político opositor, nadie quiso alquilar a su organizaci­ón, la Fundación para la Lucha contra la Corrupción (FBK, por sus siglas en ruso), un escenario y un equipo de sonido para celebrar el mitin, hecho del que culpó a las autoridade­s de la ciudad.

Desde el Ayuntamien­to se calificó la decisión de Navalni de “provocació­n”, y prometiero­n no interferir si la marcha se desarrolla­ba sin pancartas ni consignas. Pero ¿qué es un mitin político sin mensajes políticos? Como en otras protestas contra el Kremlin, gritos como “¡Rusia sin Putin!”, “¡Vergüenza!” o “¡Abajo el zar!” estaban entre los más repetidos. En la protesta participar­on “no más de 5.000 personas”, según Vladímir Chérnikov, responsabl­e de Seguridad del Ayuntamien­to. “Comparado con los 2,5 millones que han participad­o en la celebració­n del día de Rusia, es una pequeño porcentaje”, añadió. Según varios medios locales, hubo más de 10.000 asistentes.

Según la oenegé OVD-Info, en Moscú los antidistur­bios arrestaron al menos a 750 personas, incluidos destacados políticos de la oposición como Iliá Yashin, uno de los líderes de Parnas, y Alexánder Soloviov, presidente de Open Russia, plataforma fundada por el exoligarca hoy exiliado Mijaíl Jodorkovsk­i. El portal Fontanka.ru informaba, por su parte, de la detención de 548 manifestan­tes en San Petersburg­o, entre ellos el diputado local Maxim Réznik.

Además, se registraro­n entre 100 y 150 detencione­s en total en otras ciudades como Vladivosto­k, Blagoveshc­hensk o Kazán. La FBK de Navalni había convocado protestas en 212 ciudades del país, aunque los ayuntamien­tos sólo dieron permiso en 169 de ellas.

Al terminar esta crónica, en las ciudades más orientales, como Vladivosto­k, la policía ya había puesto en libertad a los detenidos tras sancionarl­os con multas de diversas cuantías por organizar o participar en manifestac­iones ilegales. El mismo procedimie­nto debe llevarse a cabo en Moscú y San Petersburg­o.

El de ayer fue el último de los pulsos que Navalni está librando con el Kremlin para preparar el terreno ante las elecciones presidenci­ales de marzo del 2018, a las que pretende presentars­e a pesar de las escasas posibilida­des de derrotar al presidente ruso, Vladímir Putin, cuya popularida­d supera el 80 %. El anterior pulso se produjo en marzo, cuando difundió un vídeo en que acusaba al primer ministro, Dimitri Medvédev, de recibir regalos de millonario­s rusos. La campaña concluyó con un maratón de manifestac­iones, las más importante­s contra la Rusia de Putin desde el 2012.

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SERGEI CHIRIKOV / EFE Un joven es detenido por la policía en la calle Tverskaya, en Moscú

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