Primer día de oficina
El técnico pisó la ciudad deportiva y mantendrá reuniones de trabajo hasta el jueves
Las sensaciones que desprende Ernesto Valverde, más allá de sus contrastadas aptitudes como técnico, son de normalidad, y esa característica es la que dominó la primera visita del nuevo técnico blaugrana a las instalaciones de la ciudad deportiva del club.
Las sensaciones que desprende Ernesto Valverde, más allá de sus contrastadas aptitudes como técnico, son de normalidad. Eso destacan quienes le han tratado y eso mismo subrayaban las personas que ayer le dieron la bienvenida a las instalaciones de la ciudad deportiva. Fue el primer día en la oficina del nuevo entrenador del FC Barcelona, que ha hecho un parón en sus vacaciones para realizar una primera toma de contacto con el que será a partir del 12 de julio su nuevo puesto de trabajo. Permanecerá en Barcelona hasta el jueves, mantendrá reuniones de trabajo con diferentes departamentos de la entidad para familiarizarse con su nueva labor y retomará las vacaciones aunque con el móvil conectado. Es época de planificación, tanto de giras como de fichajes, y el primer entrenador deberá supervisarlo todo. “Es un gran tipo, sencillo. Ojalá tenga suerte”, se escuchaba ayer en las entrañas de la ciudad deportiva. El reto de Valverde será de hecho triunfar siendo una “persona normal”. Quienes le precedieron y dejaron huella en el club no lo fueron en absoluto. Cruyff, Guardiola, Luis Enrique... coincidieron por ser tipos de una gran complejidad. Quizás ha llegado la hora: Valverde llegó solo y sin séquito, sin parafernalia alguna (sin pegar un telefonazo a la prensa para avisar de su llegada), con una pequeña mochila colgada a la espalda y sorprendido al recibir un flamante automóvil de la marca Audi, patrocinador del club, que le corresponde por pasar a ser nuevo miembro destacado del vestuario.
El primero en recibir a Valverde en Sant Joan Despí fue Josep Maria Bartomeu. El presidente del club, tras departir amigablemente con el extremeño durante unos minutos, delegó en sus ejecutivos las primeras explicaciones específicas de su nuevo cargo. Tomaron el relevo Robert Fernández, secretario técnico de la entidad, que se fundió en un abrazo con Valverde (como jugadores coincidieron ambos en la época embrionaria del dream team y ha sido Robert quien ha confiado en Valverde para relevar a Luis Enrique), así como Albert Soler, responsable del área de deportes profesionales, y Urbano Ortega, miembro del área de Scouting. Valverde, que también saludó a Aureli Altimira (miembro del staff del fútbol formativo), fue invitado a pisar el césped del campo 1, donde suele entrenar el primer equipo, e incluso se agachó para tocar el césped. También visitó el que será su despacho y se dejó guiar a partir de entonces por una auténtica institución, el delegado Carlos Naval, por el interior de los vestuarios. Coincidió por cierto con Aleix Vidal, que se encontraba en el gimnasio.
Finalizada la fase más protocolaria, Valverde se puso manos a la obra, primero con una reunión ya de carácter más privado con Robert Fernández y después, en una comida con quienes cortan el bacalao en el club cuando se trata de hablar de fichajes: el propio Robert, Albert Soler y Raül Sanllehí, director de fútbol de la entidad. Sobre la mesa los nombres de Verratti, Bellerín y Dembélé, refuerzos deseados por el club con los que se iniciaron contactos antes de la oficialización del fichaje del nuevo entrenador pero con cuyas adquisiciones estaría encantado.
Valverde regresará hoy a la ciudad deportiva para seguir con su adaptación al nuevo medio. Camisa arremangada, tejanos, mochila y gafas de sol. Esa fue su estampa en su estreno oficioso. Nunca buscó el glamur en su carrera. Y no va a cambiar ahora.
EL PRIMER DÍA Llegó solo, sin séquito, con una pequeña mochila y, para su sorpresa, fue obsequiado con un Audi JORNADA COMPLETA Bartomeu lo recibió, Carlos Naval le enseñó las instalaciones y comió con Soler, Robert y Sanllehí