Un no unánime
La sociedad balear y el sector turístico mantienen un firme rechazo hacia las perforaciones
Pocas causas han unido tanto a la sociedad balear como la lucha contra las prospecciones petroleras en el Mediterráneo. De hecho, la clase política se ha visto obligada a sumarse al clamor ciudadano que lleva años intentando impedir que las grandes multinacionales busquen hidrocarburos bajo las aguas que rodean el archipiélago.
Una lucha entre David y Goliat que nació en Eivissa y que pronto se extendió a Mallorca y en menor medida a Menorca. Las intensas campañas en las redes sociales tuvieron un papel determinante para dar visibilidad a una batalla de unos pocos y que rápidamente hicieron suya miles de ciudadanos.
Además, al depender la economía del archipiélago en un 60% del turismo, los riesgos asociados a una eventual marea negra siempren han causado grandes recelos entre los hoteleros y el sector turístico, que también se ha posicionado reiteradamente en contra de cualquier proyecto de esta índole.
La movilización ha sido constante en los últimos tres años. La Aliança Mar Blava, la entidad que aglutina a diferentes colectivos que luchan por conseguir un mar Mediterráneo libre de prospecciones, reunió más de 100.000 alegaciones en contra de las perforaciones que la empresa Cairn Energy pretendía llevar a cabo en el golfo de Valencia, a apenas 35 millas de Eivissa. Esta entidad también exhibió músculo en una multitudinaria manifestación, en octubre del 2014, que sacó a la calle a miles de personas. Una demostración de fuerza que los políticos no pudieron desoír.
Desde entonces el Parlament de les Illes Balears ha aprobado diferentes iniciativas encaminadas a prohibir las prospecciones. Todas ellas han caído en saco roto puesto que las competencias en la materia son del Estado. Aun así, y en reiteradas ocasiones, la Cámara autonómica se ha pronunciado y no ha cesado en su empeño.
La unanimidad de la calle también se ha repetido entre los diputados que siempre han secundado sin fisuras todas las iniciativas. Incluso los senadores baleares del PP rompieron la disciplina de voto para alinearse con los grupos de la izquierda y votar una moción presentada por el socialista Francesc Antich. Un gesto que, no obstante, no sirvió de nada ya que la aplastante mayoría de los conservadores desestimó las peticiones.
La postura del PP no siempre ha sido la misma y ha ido cambiando según imponía la presión ciudadana. Hace apenas unas semanas, la Comisión de Medio Ambiente del Senado rechazó, con los votos en contra del PP, una moción de Compromís por la que instaba al Gobierno a establecer una moratoria y prohibición de técnicas de prospección y extracción de hidrocarburos mediante el sistema de fractura hidráulica. Los populares también rechazaron una petición socialista que pedía declarar el Mediterráneo zona libre de prospecciones.
Las idas y venidas del PP le han supuesto un sinfín de críticas por no defender en Madrid la misma posición que en Baleares. Desde este colectivo proteccionista se asegura que el Ejecutivo de Mariano Rajoy “ha hecho una mala interpretación de la propuesta o que no lo ha querido entender, puesto que ha seguido los trámites que establecen la Constitución y el reglamento de las Cortes Generales”.
Las críticas al PP han arreciado por no defender los mismos argumentos en las islas que en Madrid