La OCU denuncia la mala información de clínicas que operan de miopía
Según el informe, la mayoría de los centros analizados minimiza posibles secuelas
Un informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) califica de insuficiente e incompleta la información que dan algunas clínicas oftalmológicas a posibles pacientes que quieren operarse de miopía, de manera que no pueden hacerse cargo realmente de los problemas que pueden surgir. El informe detalla la respuesta telefónica y personal de treinta clínicas de Barcelona, Madrid y Sevilla y, aunque la calidad de esa información es diversa, la mayoría fue del todo insuficiente.
“Los afectados por cirugía refractiva nos reunimos con dos cargos del Ministerio de Sanidad en octubre pasado para solicitar una regulación más estricta, precisamente por la insuficiente información sobre las secuelas y los efectos secundarios y por lo que consideramos publicidad engañosa de muchos centros que se anuncian como el fin de las gafas. De momento no hemos obtenido ninguna respuesta”, afirma Alejandro López, presidente de la asociación de afectados Asecir. Confía en que a partir del informe de la OCU el ministerio rompa su silencio. “Por la posible publicidad engañosa nos mandaron a la Agencia Española de Consumo, la Aecosan. Y han tardado ocho meses en decirnos que no es cosa de ellos, sino de cada comunidad autónoma”.
Según el informe de la OCU, la mayoría de los centros analizados no explica de entrada las limitaciones de esta cirugía, como por ejemplo, que no es adecuada cuando el ojo está evolucionando, como ocurre antes de los 25 años, después de los 45 y durante el embarazo. Y ante posibles secuelas que pueden aparecer hasta en un 50 por ciento de los operados, como el ojo seco, entre las 30 clínicas del estudio sólo cuatro advertían que era un problema que podía llegar a ser permanente. En cuanto a otro de los efectos indeseables, los deslumbramientos nocturnos o la neblina, sólo una de las 30 clínicas citó la posibilidad de que fuera un problema permanente.
Especialistas de centros que realizan centenares de operaciones cada año, como el Instituto de Microcirugía Ocular, aseguran que la información que se da en la primera visita es amplia “porque siempre hay varias opciones para tratar la miopía y la cirugía refractiva es sólo una. Por eso hay que explicarla mucho, porque no es siempre la mejor opción, depende del caso”, aclara el cirujano Josep Lluís Güell. En una conversación anterior a la presentación de este informe de la OCU, los cirujanos Josep Lluís Güell y Daniel Elies explicaron a este diario que estas secuelas que denuncian los pacientes, como el ojo seco, son excepcionales después de los seis meses y que si permanecen suele ser por una patología previa del ojo operado.
La asociación de afectados, que reúne a 200 socios y tiene localizadas a más de mil personas con problemas derivados de este tipo de cirugía, planteó al Ministerio de Sanidad una moratoria de esta actividad para analizar en profundidad las secuelas que desde el punto de vista de los afectados les amargan la vida. Citan ojos secos que exigen gotas continuamente, deslumbramiento de noche que impide conducir, dolor crónico, problemas de córnea que han hecho aumentar el número de trasplantes, cataratas antes de la edad normal...
Desde el punto de vista de los especialistas consultados, estos problemas ni son frecuentes ni son adjudicables siempre a esta cirugía, pero sí coinciden en la necesidad de “no banalizar una intervención de este tipo en personas jóvenes que tratan de mejorar su visión pero que no tienen una enfermedad”.
El informe de la OCU da un toque de atención a las clínicas por la incorrecta información habitual y avisa a los interesados en operarse que no hagan caso a los anuncios que les aseguran que abandonarán las gafas, porque con el tiempo lo normal es que necesiten alguna corrección. Y recomienda que no se firme el consentimiento informado sin leerlo detenidamente.
Una asociación de afectados pidió a Sanidad regular esta cirugía que se anuncia como el final de las gafas