Por buen camino
Este concierto del ciclo AuditoriPalau abre el verano Bach y preludia el festival Bachcelona (19 a 25 de julio). Cercana la fiesta de Sant Joan, el programa comenzó con la
Cantata BWV 7. Obra compleja en su realización pues exige un cuidado balance, el violín solista –con carga simbólica– es protagonista y debe llegar.
El concierto tuvo un resultado sorprendente por el buen trabajo realizado; un tenor (Diego Blázquez) con timbre adecuado a las exigencias de Bach y estupenda técnica, al igual que la contralto Lídia Vinyes-Curtis, exquisita, brillante podríamos decir en su protagonismo en la siguiente Cantata, la BWV
170, en la que hizo valer serenidad, naturalidad en el canto y un levísimo vibrato muy adecuado. No es fácil en Bach transmitir aquello que se está diciendo, y ella dio sentido a su decir, sobresaliente y conmovedora su aria Wie jammern mich...
Y no fue menos positivo el trabajo de la orquesta, que de seguir así tendrá un lugar propio en estos repertorios, con un sonido homogéneo, expresivo, y sobre todo con una atractiva resultante en la musicalidad, bien guiados por el organista y director Juan de la Rubia, que supo imprimir libertad en el discurso, a la vez que coherencia en el lenguaje.
El coro Bruckner –de calidad– hizo un trabajo muy a consciencia y especialmente destacó en el comienzo de la Cantata BWV 135 que cerró el programa y en el Coral final, precedido por el aria del bajo en la que Pau Bordas dejó ver su timbre cálido y su buen hacer para estos menesteres.