La Vanguardia

Los alcaldes homenajean el “Barcelona posa’t guapa”

El II Congrés Internacio­nal de Paisatge Urbà reúne a Pasqual Maragall, Joan Clos, Jordi Hereu y Xavier Trias

- LUIS BENVENUTY Barcelona

Los exalcaldes de Barcelona Joan Clos y Jordi Hereu se pusieron ayer por la tarde a recordar un montón de batallitas de los años ochenta. No lo pudieron evitar. Y Pasqual Maragall, sentado en la primera fila del salón de actos del CaixaFòrum ubicado en la falda de Montjuïc, se desternill­aba de risa una y otra vez, sobre todo cuando le recordaban los nombres de su equipo, sobre todo cuando hablaron de Serra Martí... Y es que el II Congrés Internacio­nal de Paisatge Urbá quiere estos días rendir homenaje a una iniciativa que hizo historia en el devenir de la capital catalana: la campaña “Barcelona posa’t guapa”. En verdad se trata de reconocimi­ento a toda la ciudadanía. También estuvieron presentes Xavier Trias, y en representa­ción de Ada Colau, que aún está de baja maternal y selecciona con mucho cuidado sus aparicione­s públicas, la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz. No estaba Narcís Serra, pero es que su mandato fue anterior a esta historia.

“Fue polémico hasta el nombre –recordó Clos en la tarima–... algunos llegaron a decir que era un atentado contra la lengua... La verdad es que no teníamos ni un duro, y si hubiéramos tenido algo de dinero os aseguro que no lo habríamos dedicado a arreglar fachadas. ¡Teníamos muchos problemas más importante­s!”. Maragall también se rio ante el comentario sobre los bares. Al parecer, en aquellos tiempos abundaban en la ciudad bares que no tienen nada que ver con los de hoy en día: muy apestosos y sin pestillo en el aseo. Y buena parte del resto de la capital catalana tenía un aspecto muy parecido. Barcelona, recuerdan muchos, era entonces gris, triste, oscura... “Sí –siguió Clos–, hasta pensamos en hacer una línea de ayudas a los bares. El caso es que Pasqual, desde un viaje que hizo a Estados Unidos, tenía metida una palabra en la cabeza: esponsoriz­ación”. Llámenlo patrocinio, llámenlo colaboraci­ón público-privada, llámenlo incluso empoderami­ento popular... “Pero aquello se extendió a toda velocidad. La gente comenzó a descubrir que sus fachadas eran de otro color que nunca habían imaginado, y muchos, sobre todo el Eixample, no podían permitir que sus vecinos lucieran más que ellos”.

Porque una de las claves de esta campaña fue su capacidad de despertar el orgullo ciudadano, de reforzar el sentimient­o de pertenenci­a, de hacer sentir a la gente que Barcelona formaba parte de sus vidas. De otro modo, sin la implicació­n de la gente, hubiera sido imposible llevar a cabo la gran transforma­ción. Los Juegos Olímpicos fueron el escenario, la fecha que subrayar en el calendario de las conmemorac­iones, pero la fuerza... “Porque el paisaje urbano es un elemento fundamenta­l de la vida cotidiana de la gente –explicó Hereu en uno de los pocos momentos en los que se puso serio, ligerament­e serio–, y sin la implicació­n de la gente los grandes cambios nunca son posibles, nunca no pueden salir adelante”.

Ahora, treinta y tantos años después, contó el demócrata Trias cuando llegó su turno, Barcelona se enfrenta al reto de gestionar todos sus éxitos, tiene que conseguir que las nuevas tecnología­s mejoren la vida cotidiana de la ciudadanía, tiene que enfrentars­e al cambio demográfic­o, “ha de convertirs­e una vez más en todo un ejemplo”. “Y ello –añadió el jefe de la oposición– sólo podrá lograrlo desde el consenso. En estos momentos volvemos a enfrentarn­os a la gran transforma­ción de Barcelona. Tenemos que acordarla entre todos, también entre el gobierno municipal y la oposición”.

Un emotivo acto de memoria histórica reivindica la recuperaci­ón del orgullo de ciudad

 ?? ÀLEX GARCIA ?? Jordi Hereu, Xavier Trias, Pasqual Maragall, Joan Clos y Janet Sanz, en el CaixaForum de Barcleona
ÀLEX GARCIA Jordi Hereu, Xavier Trias, Pasqual Maragall, Joan Clos y Janet Sanz, en el CaixaForum de Barcleona

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