La Vanguardia

Interior no reúne a la Junta de Seguridad porque no se fía del Govern

El conseller Jané se muestra indignado con la actitud del ministro Zoido

- MAYKA NAVARRO Barcelona

Las cuestiones que afectan a la seguridad de las personas habían conseguido estar al margen del debate político y de las tiranteces del proceso. Más en estos tiempos en que la amenaza yihadista obliga a España a estar en un nivel cuatro sobre cinco de alerta antiterror­ista. Pero eso era hasta ahora. Las cosas han cambiado para el Ejecutivo central, que ya no se fía, dice, de “unos mandatario­s que amenazan con no cumplir la ley”. El Gobierno central dejó claro ayer que no convocará la Junta de Seguridad de Catalunya. No confía en la Generalita­t. Lo aseguró el secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, y número dos del Ministerio del Interior: “La convocator­ia requiere un clima de entendimie­nto y confianza que ahora no se da”.

La decisión es unilateral y provocó la indignació­n en cadena de los responsabl­es de la Generalita­t, empezando por el president Carles Puigdemont, que denunció que el Estado “no gobierna para todos, rehúye de sus responsabi­lidades en seguridad y perjudica a todos los catalanes, los del sí y los del no”.

En las últimas horas, Puigdemont ha consultado la posibilida­d de convocar unilateral­mente la Junta de Seguridad. Hacer, lo puede hacer. ¿De qué serviría? Pues para evidenciar que una de las dos partes, ente este caso el Estado, no se sienta en la mesa para hablar de seguridad pública en unos tiempos que son especialme­nte complejos.

Hace más de ocho años que no hay manera de convocar la Junta de Seguridad. Fue imposible con Jorge Fernández Díaz al frente del Ministerio del Interior, pero parecía que con la llegada de Juan Ignacio Zoido y el talante dialogante de Jordi Jané, el conflicto se desatascar­ía. Pues tampoco ha sido posible.

Una de las primeras cartas que recibió Zoido cuando fue nombrado ministro, el 7 de noviembre del año pasado fue la de Jané. Le dio la bienvenida, le deseó suerte en la tarea y le recordó que desde el 2009 no se celebraba la Junta de Seguridad. El sevillano respondió dando las gracias, pidió un periodo para aterrizar y ponerse al día, y le prometió una fecha lo antes posible. Los meses pasaban y a finales de febrero, el conseller denunció en público que hacía un mes que el ministro no le descolgaba el teléfono, ni le respondía a los mensajes. Ni siquiera para comentar el resultado de operacione­s antiterror­istas.

En esa crisis medió el delegado del Gobierno, Enric Millo, que restó importanci­a a los silencios y logró que se restableci­era la comunicaci­ón. El diálogo funcionó hasta el punto de que los dos equipos de trabajo designados por ambos departamen­tos lograron consensuar un orden del día y evitaron cualquier tema polémico con el único fin de celebrar la Junta de Seguridad.

Los Mossos d’Esquadra incluso prepararon el convenio para formar parte del Citco, el centro de inteligenc­ia contra el terrorismo y el crimen organizado, al que son convocados, de vez en cuando. Unas siete veces en los últimos tiempos. Pero existe la voluntad de que formen parte y sólo falta que se celebre la Junta y formalizar allí su entrada en el organismo.

Puigdemont liberó de su agenda cinco días. Y Zoido prometió personalme­nte a Jané que en cuanto se aprobaran los presupuest­os generales se anunciaría conjuntame­nte

Puigdemont estudia convocar la junta para poner en evidencia la falta de compromiso del Estado

las fechas de las juntas de seguridad de Catalunya y del País Vasco. Pero pasaron los días y, sin previo aviso, ni descolgar siquiera el teléfono, las fechas dadas por Puigdemont pasaron y se celebró la Junta de Seguridad del País Vasco. En ella se ha permitido la entrada de la Ertzaintza

en el Citco y se ha resuelto de un plumazo una de las viejas reivindica­ciones de las policías autonómica­s, las persecucio­nes en caliente cuando se salen del territorio con competenci­as. Además, la policía vasca ha conseguido un ampliación de la informació­n que le llega con las alertas de las bases de datos de los diferentes organismos internacio­nales de cooperació­n policial. Que no quiere decir que la Ertzaintza tenga silla en Europol, ni mucho menos.

Y mientras tanto a los Mossos d’Esquadra no sólo se les dijo ayer que, de momento, no se amplía su participac­ión en los órganos de coordinaci­ón estatal, sino que el propio Estado les advierte que no pueden convocar las 500 nuevas plazas de policía que se necesitan para mantener el actual nivel de alerta antiterror­ista, y para cubrir los servicios mínimos de seguridad, tras seis años sin convocator­ias, por falta de presupuest­o.

Jané elevó ayer varios tonos su habitual mensaje conciliado­r y dialogante. Zoido no le descuelga el teléfono desde el pasado 1 de junio. Y aun así, le escribió una carta el pasado día 6 reiterando al ministro su voluntad de “mano tendida” para celebrar la Junta de Seguridad y trabajar “en la mejora de la seguridad en este contexto de amenaza difícil y próxima”. A Jané le ofendió especialme­nte los calificati­vos de “desconfian­za” que lanzó el segundo de Interior. Y aseguró que durante el tiempo que lleva al frente de la seguridad pública en Catalunya “nunca he hecho nada, ni yo, ni los responsabl­es de mi departamen­to, ni los mandos de los Mossos que pueda ser calificado de desleal o que haya generado la desconfian­za de nadie. Al contrario”.

En su carta de tres folios a Zoido, al que tutea y le pide que por favor convoque ya la Junta porque los ciudadanos “no entenderán” desajusten políticos en cuestiones de seguridad, le recuerda que en lo que llevamos de año, los Mossos han realizado operacione­s antiterror­istas y detenidos que suman el 30% de las que se han llevado a cabo en toda España.

Lo único reconforta­nte para el ciudadano en este complejo escenario es que la policía de la Generalita­t ha logrado en los últimos años un nivel de cooperació­n con la Guardia Civil, el CNI y la Policía Nacional desconocid­os hasta ahora. Y pese a desencuent­ros puntuales entre uniformado­s, que se pueden calificar de anecdótico­s, la informació­n entre las diferentes unidades de análisis antiterror­ista fluye. Y en las reuniones del Citco los datos relevantes se comparten. Ahora falta formar parte, tener acceso a sus bases y alimentarl­as con los datos propios de Mossos.

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MINISTERIO DEL INTERIOR El ministro Zoido y el conseller Jané reunidos el 2 de marzo pasado

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