EE.UU. vuelve a alejarse de Cuba
Trump revoca en parte el plan de Obama y promete hostigar a Castro
LA ARENGA “Con la ayuda de Dios, una Cuba libre es lo que pronto lograremos”
EL CONTRASTE Pese a la retórica anticastrista, mantiene la embajada y varias líneas comerciales
Donald Trump se metió ayer en el túnel del tiempo para regresar a los años de plomo de la guerra fría. En Miami, ante la comunidad cubana en el exilio que le jaleaba, Trump pronunció la arenga anticomunista y anticastrista más exacerbada pronunciada por un presidente de Estados Unidos en las últimas décadas. Incluido un homenaje a “los veteranos de la bahía de Cochinos”, el intento fracasado en 1961 de invadir la isla y asesinar a Fidel Castro que organizaron conjuntamente la CIA y la mafia con el beneplácito del presidente John Fitzgerald Kennedy.
Trump no planteó volver a tales andadas, pero prometió hostigar al régimen cubano hasta conseguir derrocarlo: “Con la ayuda de Dios, una Cuba libre es lo que pronto lograremos”, dijo. Y aseguró que mantendrá ese empeño hasta que “el Gobierno cubano ponga fin a los abusos contra los disidentes, libere a todos los presos políticos, deje de encarcelar a personas inocentes, restituya las libertades políticas y económicas, devuelva a los fugitivos de la justicia estadounidense, legalice los partidos políque ticos y celebre elecciones libres bajo supervisión internacional”. Y remachó: “No vamos a permanecer en silencio frente a la opresión comunista por más tiempo”.
Trump ha repetido mil veces no quiere ser el presidente del mundo y que no piensa inmiscuirse en cómo se gobierna cada país, pero por lo que dijo ayer va a hacer una excepción con Cuba. De momento decretó la revocación de buena parte de las iniciativas reconciliadoras adoptadas por la Administración Obama –aunque no todas ni las más importantes–, que Trump considera que sólo han servido para reforzar el régimen. “Cancelo el acuerdo unilateral del Gobierno anterior y firmo un contrato para que no lleguen más dólares a los militares y al núcleo duro del régimen que sigue oprimiendo a su propio pueblo”. Eso significa la restitución de las sanciones y todos los aspectos del embargo que la Administración Obama sólo había podido suavizar, puesto que el em-
bargo es una ley del Congreso que la mayoría republicana se ha negado sistemáticamente a derogar.
Con todo y pese a la retórica beligerante que tantas ovaciones provocó, la iniciativa de Trump vuelve a ser una declaración de intenciones que está por ver cómo se pone en práctica a través de las agencias estatales. Hay dos aspectos importantes del plan de Obama que Trump no revoca. En primer lugar, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la consiguiente apertura de la embajada estadounidense. Tampoco revierte la supresión de la política denominada de “pies secos, pies mojados” que permitía a los cubanos residir legalmente en Estados Unidos si conseguían penetrar en el país. Obama canceló
PROCESO LENTO La Casa Blanca admite que empieza un proceso que puede durar varios meses
esa política de acuerdo con el régimen cubano y Trump no la restituye, tan alérgico como es a la inmigración extranjera.
Asimismo en el ámbito de las transacciones económicas, Trump se ha cuidado mucho de no perjudicar a las empresas estadounidenses que ya están haciendo negocios en la isla, viajes, cruceros... hasta Airbnb podrá seguir con su actividad, a la que se han apuntado numerosos cubanos que alquilan sus casas. El argumento de la Casa Blanca es que las restricciones quedarán limitadas a las empresas que controlan los militares pero no habrá impedimentos para aquellos negocios de particulares.
Un informe de la Casa Blanca señala que las restricciones serán las máximas en las actividades relacionadas con el denominado Grupo de Administración Empresarial (Gaesa), una entidad estatal cubana que según el Gobierno estadounidense es la plataforma del monopolio militar cubano para controlar el comercio y apoderarse de los beneficios.
Entre otros cambios, los viajes con fines educativos no académicos se limitarán a viajes en grupo. Se prohibirán los viajes individuales de esta categoría, pero los cubanos que residen en Estados Unidos podrán continuar visitando a sus familias en Cuba y enviarles remesas.
La orden de Trump encarga a los departamentos del Tesoro y de Comercio emitir nuevas regulaciones restrictivas, pero el propio informe de la Casa Blanca admite que “los cambios no entrarán en vigor hasta que ambos departamentos hayan concretado las nuevas regulaciones, un proceso que puede durar varios meses”.