Con el criterio de Messi, el portugués entraría en prisión

Una de las razones que pueden haber impulsado a Cristiano Ronaldo a querer abandonar España es el temor a una pena de cárcel, aunque residir en el extranjero no le exoneraría de cumplir con la justicia española. El miedo del portugués es fundado. Siguiendo los parámetros aplicados a Lionel Messi, condenado a 21 meses de cárcel (no cumplidos por decisión del juez al carecer el jugador de antecedentes) por defraudar 4,1 millones de euros a Hacienda durante tres ejercicios (2007, 2008 y 2009), el portugués, acusado de defraudar 14,7 millones, podría recibir un castigo superior. Desde el momento en el que el juez de Pozuelo de Alarcón designado para el caso impute al jugador del Madrid, dispondrá de dos meses para satisfacer la cuota defraudada, añadiendo los intereses (1,7 millones), así como, condición ‘sine qua non’, el reconocimiento de culpa. Desde un punto de vista penal, esa asunción rebaja la pena en uno o dos grados, algo que sirvió a Messi para recibir una condena de 21 meses, equivalente a 7 meses por año y delito fiscal. Pero esto ólo se le aplica al portugués respecto al primer año denunciado, el 2011. Los años posteriores son diferentes. En enero del 2013 se produjo una modificación en el Código Penal (aplicable al ejercicio 2012), concretamente en el artículo 305 bis, que aumentaba la pena de prisión en cualquier de dos supuestos: que la cuota defraudada supere los 600.000 euros o que se interpusiera en la maniobra para evadir impuestos un paraíso fiscal, pasando la pena de 1 a 5 años a ser de 2 a 6. Siguiendo un simple cálculo se llega a la siguiente conclusión: por el año 2011, no modificado por el articulado, Cristiano podría ser condenado a 7 meses, como a Messi, pero agrupando los otros tres años que se le reclaman alcanzaría un total de 49 meses: los 7 de 2011 más los 14 por cada uno de los tres ejercicios cuestionados. En este supuesto el ingreso en prisión sería inevitable.