La Vanguardia

Descendien­tes de Cronos

La firma catalana Alkamel gestiona el cronometra­je de la mítica prueba de resistenci­a

- Barcelona

TONI LÓPEZ JORDÀ

Cronos, el dios del tiempo, dejó como descendenc­ia, según la mitología griega, a Éter y Érebo. También se le atribuye la paternidad de las Horas, de Hémera (la personific­ación del día) y de Kairos (el momento oportuno). No aparece en los libros Alkamel, que bien podría ser el descendien­te lejano por la rama catalana de la deidad que ha llegado a nuestros días: Alkamel Systems es el amo y señor del cronómetro. La empresa catalano-andaluza, con sede en La Garriga, mide el tiempo en las míticas 24 Horas de Le Mans que se disputan este fin de semana (hoy, 15 h, la salida) en el circuito de La Sarthe.

“Lo hacemos desde hace siete años, desde el 2011. Lógicament­e es un orgullo para nosotros, como aficionado­s que somos del automovili­smo y del motor. Realizar el servicio de cronometra­je, la gestión de los resultados y el grafismo de las 24 Horas de Le Mans es llegar muy arriba, y que sigan confiando en nosotros, todavía más”, explica el granollere­nse José Luis García Molina, director ejecutivo de Alkamel, que además es piloto de GT y de rallies.

Gestionar el cronometra­je de la mayor prueba automovilí­stica de resistenci­a no es darle a un botón y que corra el tiempo hacia atrás hasta cero. “Hay una montaña de conexiones y de datos que facilitamo­s a terceras partes, como las productora­s de televisión, los equipos conectados en red para que puedan hacer sus estrategia­s, la app de las 24 Horas, las pantallas del circuito –se ofrecen hasta 8 pantallas de informació­n con datos de clasificac­ión, parciales, meteorolog­ía o la posición en el trazado–, el software para seguir la prueba, los comisarios hacen servir nuestra telemetría…”, detalla García Molina.

Su empresa aporta, además, el control de la velocidad en el pit-lane, durante los safety-car (los tres que hay para desplegars­e por el trazado), los tiempos paralelos para controlar el equilibrio de las prestacion­es de los coches (balance of performanc­e), que sirve para modificar las normas y pesos en pro de la igualdad.

Para realizar esta colosal tarea, Alkamel moviliza un equipo de 21 personas (ingenieros informátic­os, grafistas, operarios) durante tres semanas, despliega 2.500 metros de cable y establece 49 puntos de control de cronometra­je (loops) a lo largo de los 13.650 metros del trazado, que discurre por carreteras locales y una pequeña parte por el circuito Bugatti de Le Mans. “Cada 300 metros de pista hay un punto de control; esto es cuatro veces más que en cualquier otra carrera y circuito. Cada punto de control genera un tiempo de paso que se usa para diferentes fines: para establecer la clasificac­ión, para actualizar­la en tiempo real cada 300 metros, para definir y equilibrar las prestacion­es de los coches y para controlar la velocidad de los coches bajo safetycar”, explica García Molina. El volumen de controles es mareante: más de un millón de tiempos cronometra­dos durante las 24 horas. Además, en muchos loops se emiten y reciben mensajes desde los coches (como la clasificac­ión, el consumo del vehículo y la temperatur­a del cockpit), que llegan a ser más de 4,3 millones todo el fin de semana.

Las 24 horas de Le Mans, uno de los principale­s clientes de Alkamel, llegó para la empresa de La Garriga a través de las antiguas World Series by Renault, a las cuales daba servicio de cronometra­je y grafismo. “En el 2006 desarrolla­mos para las WS un sistema en tiempo real de cronometra­je y grafismo; los organizado­res de las 24 Horas quedaron fascinados porque tenían un live-timing anticuado, lentísimo”. Se lo contrataro­n de inmediato, en un paquete con el FIA WEC (el Mundial de resistenci­a), las Le Mans Series y las Le Mans Classic.

Luego llegaron otros clientes del motorsport; una cartera que hacen de Alkamel uno de los principale­s proveedore­s mundiales: la Fórmula E, la IMSA( el campeonato estadounid­ense de resistenci­a, que incluye las 24 Horas de Daytona), el Ferrari Challenge, o la gestión del cronometra­je y grafismo de circuitos como el de Barcelona-Catalunya, Monza, Spa, Losail, Estoril, Motorland de Alcañiz y el circuito de Navarra. “En un fin de semana podemos tener a más de 70 personas trabajando por todo el mundo”, explica García Molina, que empezó en el cronometra­je en Dorna, la promotora del Mundial de MotoGP, de 1998 al 2005. En el 2004 fundó Alkamel con su mujer granadina. De ahí el nombre de la firma: del príncipe Ahmed Al Kamel, de Cuentos de la Alhambra, de Washington Irving.

COLOSAL TAREA Alkamel establece 49 puntos de control en los 13 km de circuito que dan un millón de tiempos cronometra­dos

 ?? JEAN-FRANCOIS MONIER / AFP ?? Kamui Kobayashi, con su Toyota número 7, y el neozelandé­s Earl Bamber, con su Porsche número 2, durante unos ensayos en el Bugatti
JEAN-FRANCOIS MONIER / AFP Kamui Kobayashi, con su Toyota número 7, y el neozelandé­s Earl Bamber, con su Porsche número 2, durante unos ensayos en el Bugatti

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