“Yo era el típico friki” VUELTA Y VUELTA
“Si puedo, ¿por qué no profesionalizarme como skater?”, se pregunta Pol Catena
El skate es una forma de arte, una forma de vida y un deporte
Tony Hawk
Dice Pol Catena:
–¿Sabe una cosa...? El skate será olímpico en Tokio 2020. –¿Y qué le parece la idea? –le pregunto. –Un lío muy complicado. Para nosotros es un asunto polémico. –¿Y eso? –Esta es una disciplina urbana. Salir de ese contexto se nos hace extraño. Pero evidentemente, es mucho mejor para todos. Se nos abre una oportunidad para conseguir más instalaciones y más presencia. En nuestro mundillo llevamos semanas discutiendo el asunto.
Pol Catena va y viene por el Skate Agora de Badalona. Lleva un tobillo averiado y le espera el fisioterapeuta. Le harán un vendaje. También necesita un masaje. El fisio le manipulará la cadera.
Y después probará suerte: si los tratamientos funcionan, participará en el Street League Skateboarding que Nike organiza en la ciudad, una carrera cronometrada entre peraltes y relieves, repleta de trucos, con 69 participantes en la prueba Pro Open.
Hay otras tres paradas, en Munich, Chicago y Los Ángeles.
(Al día siguiente, Catena tuvo que darse de baja de la prueba: el tobillo no se aguantaba sobre la tabla).
El Skate Agora es un lugar pintoresco. Un templo del skate: una plaza con bancos, peraltes y obstáculos, diseñada frente al mar, hecha para los skaters.
Proyectaron el lugar en el 2015. Roger Planas, director del espacio y de la firma Lateral Thinking, me cuenta su historia.
–Barcelona ha sido siempre una de las dos ciudades más importantes del mundo para la gente del skate. –¿Y la otra? –San Francisco. Nosotros nos preguntábamos: si tan importantes somos, ¿cómo es que no tenemos un recinto a nuestro nivel? Así que decidimos presentar el proyecto. Fuimos a varios ayuntamientos. Llegó a especularse con un espacio en las Glòries. Al final, Badalona nos abrió sus brazos. No podíamos imaginarnos que tendríamos un lugar tan bueno...
Hay la intención de convertir el ágora en un centro de tecnificación. Una especie de CAR para el skate. De aquí saldrían talentos, hipotéticos olímpicos. Aspirantes a medallas.
Me imagino a Pol Catena yendo y viniendo. Apretándose en los desniveles.
–¿De dónde sale usted? –le pregunto.
–De la nada. De la plaza en la que patinaba de niño.
Catena se remite a la época en la que aún era un pequeño. Aunque ahora apenas suma veinte años...
El momento le supera. Lleva cuatro entrevistas y todavía le esperan un par más. Es el hombre del día, un media day organizado por LaLiga4Sports. El hombre que debería poner el skate en la lupa mainstream. –Mi día de gloria –dice. –¿Y no se corta? –Nunca he sentido vergüenza. Tenía nueve años y mucha curiosidad. Practicaba todo el tiempo. Vivía justo frente a mi colegio, en Mataró. Salía de clase, comía en cinco minutos y el rato libre lo dedicaba a patinar. Cada vez que tenía un hueco, ahí estaba. Un friki del skate. –¿Y cómo aprendió? –Nunca tuve un entrenador. Veía lo que hacían los otros y ya está. Yo fui mi entrenador. Y escuchaba, por ejemplo, a José Manuel Roura. Y a otras leyendas.
–¿Y ya gana dinero?
–Eso está difícil. Por ahora, tengo a Adidas detrás. –¿Vivirá de esto? –Si hay suerte y sigo progresando, ¿por qué no? Dispuesto, lo estoy. Muchos de mis compañeros también siguen peleándolo. Cuando no patinan, trabajan en alguna tienda del pueblo. Y mientras están trabajando, alimentan su ilusión. –¿Cómo piensa hacerlo? –Patinando cada día. Siendo carismático y buena persona.
–Vuelvo al principio. ¿Se ve olímpico? –Por supuesto. Me veo ahí. Catena se encuentra aún en una fase previa: se trata de un amateur con expectativas de profesionalizarse.
Entre los skaters de arriba, hay dinero. Se calcula que los patrocinios de los tres mejores del mundo les generan ganancias de hasta cuatro y medio millones de euros anuales.
Observo a los skaters en el ágora. Miran hacia todas partes. Sudan. Se mesan el cabello, o se calzan la gorra. Tratan de auparse a una pérgola. Fallan. Cada dos por tres acaban tendidos sobre el asfalto. Se levantan. Vuelven a peinarse y vuelven a lanzar la tabla. He visto antes escenas similares. En el Macba. En el Paral·lel. En el espacio de la Marbella. Descendiendo por las rampas de Montjuïc.
–¿Qué placer encuentra en caerse continuamente, abordar un obstáculo y fallar? –le pregunto a Catena.
–El patín es matemático. Muy preciso. Cuando superas un obstáculo y te mantienes en pie, buff... –Ocurre pocas veces. –Ya, pero cuando llega, ¿sabe lo guapo que es el ver cómo tus compañeros se quedan con la boca abierta...?
MATARÓ
20 AÑOS
SKATE
ES UNA DE LAS
ESTRELLAS EN ESPAÑA
SE PROYECTA
COMO OLÍMPICO
PARA EL 2020