HIJOS PARA TODA LA VIDA

De todas maneras, el número de mujeres británicas que toman los apellidos del marido va en descenso. Hasta hace unos años era el 75%, mientras ahora tan sólo lo hace un poco más de la mitad, el 54%. Teniendo en cuenta que el Brexit ganó por un 52% a 48%, y que la primera ministra lo interpretó como un mandato claro para salir a la brava de la UE, del mercado único y de todo lo que hiciera falta, podría deducirse que el deseo claro de las inglesas es cambiar el nombre de su padre por el de su marido... Pero no es tan sencillo. Cada vez está más de moda juntar los dos apellidos, lo cual ha suscitado un problema que hasta ahora no existía: los hijos de dos personas con nombres compuestos se encuentran con cuatro apellidos en uno, separados por tres guiones, lo cual es bastante poco práctico y obliga a simplificar. Algunas parejas lanzan una moneda al aire para decidir si sus retoños se van a llamar como el padre o como la madre. A los hijos se les puede imponer el apellido. pero cada vez es más difícil que se vayan de casa. Lo que hasta ahora era una práctica de países mediterráneos se ha impuesto en el Reino Unido del Brexit, y un tercio de los chicos y chicas de entre 20 y 35 años (el porcentaje más alto desde la guerra mundial) siguen en casa de los padres, debido a las dificultades para encontrar trabajo, al precio desmesurado de los alquileres (y no digamos de las compras), y a la deuda de decenas de miles de euros con que salen de la universidad. Algunos progenitores lo llevan fatal. Otros están encantados de que haya más manos para hacer las tareas domésticas, e incluso les piden una pequeña aportación...