La Vanguardia

“Queremos reparar el cuerpo humano”

Manuel Serrano, investigad­or del Institut de Recerca Biomèdica de Barcelona

- JOSEP CORBELLA Barcelona

La biología es una búsqueda sin fin. Las preguntas que me hago ahora son muy distintas de las que me hacía cuando empecé. Pero te das cuenta de que, aunque hemos avanzado mucho, nuestro conocimien­to sigue siendo muy incompleto”, explica Manuel Serrano, que se acaba de incorporar al Institut de Recerca Biomèdica de Barcelona (IRB) con un equipo de 14 científico­s para dirigir un programa de investigac­ión de medicina regenerati­va. El fichaje de Serrano, una figura de referencia internacio­nal en investigac­ión biomédica, ha sido posible gracias a la colaboraci­ón de la institució­n Icrea –que es quien le ha contratado– y de la Fundació Bancària La Caixa –que contribuye a financiar su programa de investigac­ión–.

¿Qué preguntas se hacía cuando empezó?

Quería entender cómo las células se protegen de los oncogenes para evitar el cáncer.

¿Y ahora?

Ahora intento entender cómo los tejidos del cuerpo humano se regeneran cuando sufren un daño. Nuestro objetivo es aprender a controlar este proceso para reparar el cuerpo.

¿Cómo hizo el salto del cáncer a la medicina regenerati­va?

Hay un concepto común, que es el de protección. Y a nivel molecular, hay una proteína que me guió, que es la p16.

¿p16?

Es una proteína que descubrí a principios de los años 90 cuando era investigad­or postdoctor­al en Estados Unidos y que ha sido en cierto modo el hilo conductor de mi carrera. En aquel momento pensaba que era un supresor tumoral, es decir, una molécula que protege del cáncer. Después me di cuenta de que tiene otras funciones importante­s, además de la supresión tumoral.

¿Cómo se dio cuenta?

Gracias a los resultados de otros investigad­ores. Alrededor del año 2000 se empezaron a hacer estudios genómicos para ver qué genes están relacionad­os con cada enfermedad. Y p16 apareció una y otra vez. Primero en diabetes, después en ateroscler­osis… Para mí fue algo inesperado. Ahí fue cuando empecé a pensar que p16 va más allá del cáncer.

Pero desde la diabetes y la ateroscler­osis hasta la medicina regenerati­va hay bastante distancia. Las dos son enfermedad­es que posiblemen­te se podrán tratar en el futuro con medicina regenerati­va. Recienteme­nte hemos descubiert­o en mi laboratori­o que, en ausencia de p16, los tejidos no se reparan. También ha sido totalmente inesperado, esperábamo­s que ocurriera exactament­e lo contrario.

¿Cómo se lo toma cuando se producen estos resultados inesperado­s? Son la prueba de que el conocimien­to que tenemos de la biología es aún muy fragmentar­io. El gran

desafío ahora es ver el organismo de manera integral. Ir del nivel de las células al de los tejidos y del organismo completo. Estamos avanzando en esta dirección, la biología está evoluciona­ndo hacia una mayor complejida­d.

¿Qué le ha llevado a a aceptar la oferta de venir al IRB?

En parte es esta evolución que he hecho desde el estudio del cáncer al estudio de la regeneraci­ón. Llevaba trece años en el CNIO [Centro Nacional de Investigac­iones Oncológica­s] en Madrid, que es un centro excelente pero focalizado principalm­ente en cáncer. El IRB tiene una perspectiv­a más amplia, con grupos de investigac­ión de primer nivel en áreas que van más allá del cáncer. Por otro lado, Barcelona tiene un entorno científico enriqueced­or, con mucha voluntad de colaboraci­ón por parte de hospitales y de otros institutos de investigac­ión. Y, a nivel personal, he hecho toda mi carrera en Madrid, excepto los cuatro años que estuve en el laboratori­o de Cold Spring Harbor en Estados Unidos, y si hacía un cambio, tenía que hacerlo ahora.

¿Por qué ahora?

Porque, cuando se inicia un proyecto de investigac­ión como este, hace falta tener una perspectiv­a de unos diez años por delante para llevarlo a término. A mi edad [52 años], no podía esperar mucho más.

Ha hablado de colaborar con hospitales, que también es algo nuevo en su carrera.

Cuando uno empieza como investigad­or básico en biología, lo primero que se pregunta es si podrá formar un grupo de investigac­ión. Después debe demostrar que puede hacer buena investigac­ión y que puede hacer publicacio­nes relevantes. Pero ahora estoy en un punto en que me he planteado que, además de hacer buenos artículos científico­s, estaría bien ayudar a mejorar los tratamient­os médicos. El área de la regeneraci­ón en que trabajo ahora está madura para dar este paso.

¿Qué tratamient­os espera desarrolla­r? Hay multitud de enfermedad­es que se pueden beneficiar de la regeneraci­ón de órganos y tejidos. Hemos empezado a trabajar con la fibrosis pulmonar porque es una enfermedad muy grave que no tiene tratamient­o. También estamos trabajando en diabetes para tratar de regenerar las células que producen insulina en el páncreas. Para desarrolla­r estos tratamient­os, acabamos de crear la empresa Senolytic Therapeuti­cs, que tiene su sede en el Parc Científic de Barcelona.

RETO CIENTÍFICO “El gran desafío de la biología es ir del nivel de las células a la visión integral del organismo” OBJETIVOS MÉDICOS “En mi laboratori­o buscamos tratamient­os para la fibrosis pulmonar y la diabetes”

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CÉSAR RANGEL Serrano, en su nuevo laboratori­o del IRB, donde se incorporó a principios de mayo

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