La Vanguardia

De Grasse, la amenaza de Bolt

Andre de Grasse registra un ventoso 9s69 en 100 m y lanza un aviso a Usain Bolt

- SERGIO HEREDIA Barcelona

Hace dos años, Usain Bolt tenía un detalle con Andre de Grasse (22). El canadiense acababa de lograr un sorprenden­te bronce en los 100 m de los Mundiales de Pekín. Atendía a la prensa en el Nido de Pájaro. Se declaraba feliz y sorprendid­o por su podio.

Entonces, Bolt pasó por detrás suyo. Le dio un abrazo. Y le dijo al periodista:

–Hace unos meses, no tenía ni idea de quién era este tipo... Y desapareci­ó. Entonces, el periodista preguntó a De Grasse:

–¿Qué le parecen las palabras que le ha dedicado Bolt?

–Ser felicitado por el velocista más grande de todos los tiempos es algo extraordin­ario –replicó. Cómo ha cambiado la historia. Hoy le preguntan a De Grasse: –¿Qué opina de Bolt? Y él responde: –Lo único que quiero es que se acabe su fiesta.

Y luego, actúa. En lo que llevamos de curso, De Grasse (bronce en 100 y plata en 200 en Río 2016) ha participad­o en seis carreras de primera magnitud. Ha ganado cuatro de ellas. Las últimas cuatro que ha disputado. La última, ayer.

Y este ya es un aviso para navegantes: en Estocolmo, marcó 9s69 en los 100 m. Lo hizo en un día ventoso, todo hay que decirlo: había 4,8 m/s, muy por encima de los 2 m/s legales (antes, el español Orlando Ortega había ganado los 110 m vallas en 13s09, también bajo un viento ilegal, de 3,5 m/s). Así que aquellas marcas no valen. ¿Y qué...? Siguen siendo un aviso. Según los expertos, cada m/s de más equivale a una rebaja de ocho centésimas. La equivalenc­ia deja la marca de De Grasse en unos hipotético­s 9s91. Y eso tampoco está nada mal.

A mes y medio del inicio de los Mundiales de Londres, las cosas se ponen interesant­es.

Hay vida más allá de Bolt, que se retira este verano. Al oír la noticia, la gente del atletismo se niega a deprimirse. Prefiere ponerse en manos de De Grasse, un tirillas de fabuloso tobillo e impecable técnica. Uno que tiene poco que ver con sus predecesor­es, otros canadiense­s mucho más musculosos: Donovan Bailey, Bruny Surin, el infame Ben Johnson, que ahora hace publicidad autoparodi­ándose (se ríe del dopaje en un anuncio para Sportsbet, una casa de apuestas...).

El año pasado, Bolt y De Grasse seguían bromeando, sintiéndos­e por encima del mundo. Lo hicieron, por ejemplo, en las semifinale­s de 200 m, en Río. Ambos llegaban distanciad­os del resto, con un margen de quince metros. Tenían en la mano el acceso a la final. Bolt se dejó ir. Y De Grasse se le echó encima. Entraron entre risas. Bolt le dijo a De Grasse: –Te has equivocado. Mañana, en la final, lo puedes pagar. De Grasse le contestó: –No me importa. Sé lo que estoy haciendo. Te voy a poner a prueba.

Hace un tiempo, preguntaba­n a Bolt:

–Si pierde en su última carrera, ¿se retirará igualmente?

–En mi última carrera, en mi último campeonato... si pierdo, no podré retirarme.

En el 2017, Bolt no ha debutado.

EN PLENA FORMA El español Orlando Ortega marcó 13s09 en los 110 m vallas, marca magnífica que no será válida: hubo 3,5 m/s

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JONATHAN NACKSTRAND / AFP Andre de Grasse posa junto al cronómetro que refleja sus 9s69 de ayer, una marca que el viento anuló: había 4,8 m/s a favor

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