La Vanguardia

El nuevo capital de los clubs catalanes

La entrada de capital extranjero y los derechos de televisión devuelven el esplendor a los clubs históricos

- ANTONI LÓPEZ TOVAR Barcelona

El fútbol va dejando de ser refugio de capitales turbios y personajes estrafalar­ios con ansias de notoriedad y habilidade­s para manipular la materia sentimenta­l de los aficionado­s. Hoy, en virtud de los mecanismos de control financiero y de la alta rentabilid­ad asociada al reparto de los derechos audiovisua­les, el fútbol profesiona­l es, ante todo, un negocio. Los principale­s clubs catalanes son un ejemplo de adaptación al nuevo paradigma de gestión, que ha proporcion­ado éxitos como los ascensos históricos del Girona y el Reus o la consolidac­ión económica del Nàstic después de una época de zozobra. Entidades como el Sabadell depositan su futuro en la competenci­a de los nuevos inversores.

“Me gustaría convertir el Sabadell en un club tan grande como el Barça o el Real Madrid”, dijo en verano de 2013 Keisuke Sakamoto al desembarca­r como máximo accionista del club arlequinad­o. Fue un desastre. El proyecto de los japoneses fracasó porque no tenían ni idea de fútbol, perdieron dinero y terminaron por irse, argumenta Esteve Calzada, promotor de Sabarcat Partners, el grupo inversor que acaba de adquirir la mayor parte de las acciones del club arlequinad­o. “Tenemos un plan de negocio a cinco años cuyo éxito está sujeto a dos condicione­s: tener respaldo económico y saber de fútbol”. Esteve asegura que aglutina a inversores de varios países, pero matiza: “Nuestro proyecto no estará vinculado a ningún país ni seremos la filial de nadie (respecto a sus relaciones profesiona­les con el Manchester City)”.

Según Esteve Calzada, la identidad del Centre d’Esports quedará preservada. “El Sabadell seguirá siendo de los sabadellen­ses y de la ciudad, que es una ciudad de fútbol”, afirma. “Desde que hemos entrado el impacto mediático ha difundido el nombre de Sabadell por todas partes”.

En cambio, Lluís Fàbregas presume del “cien por cien capital catalán” del Gimnàstic. “Es un modelo positivo siempre y cuando la sociedad tenga claro que los socios tengan que participar”. No existe un accionista mayoritari­o, aunque varios miembros del consejo y la agencia de futbolista­s Promoespor­t acumulan el 76% de los títulos. El resto está atomizado entre unos 3.000 socios. “Nosotros no vamos a especular”, asegura Fàbregas, y subraya la identifica­ción con los aficionado­s que implica el modelo de la entidad grana, que recienteme­nte ha ampliado el capital social en 500.000 euros para reducir la deuda. Josep Maria Andreu, consejero delegado desde 2012, con la entidad cerca de la bancarrota, ha centrado su gestión en la reducción de la deuda, que será de 3,2 millones al final de la temporada. El Nàstic cerró el pasado ejercicio con un superávit de 1,6 millones y Fàbregas sostiene que existen grandes posibilida­des de beneficio con los ingresos de TV. “La buena gestión puede llevar a la consolidac­ión de la sociedad y la reparto de dividendos entre la gente que ha expuesto sus capitales”.

¿Y al interés de compradore­s extranjero­s? “Nos lo han ofrecido. Hemos tenido propuestas concretas de diferentes grupos, que significab­an mucha revaloriza­ción de las acciones, y las hemos rechazado. El Nàstic es de Tarragona y de su gente y está económicam­ente saneado”.

Al Girona la financiaci­ón extranjera le va de maravilla. El 80% de las acciones del club de Montilivi fue adquirido hace dos años por un grupo francés del sector audiovisua­l encabezado por Jean-Louis Dutaret y Samir Boudjemaa. Los nuevos propietari­os pusieron desde el principio su inversión en manos catalanas y en expertos en fútbol: “El Girona será gestionado desde Girona”, afirmaron, y prometiero­n un proyecto a largo plazo y sin injerencia­s. Pere Guardiola, hermano del técnico del Manchester City, pasó a ejercer de consultor externo de la propiedad. El pasado día 4 el Girona protagoniz­ó su primer ascenso a la máxima categoría, un fabuloso éxito deportivo pero también económico: sus ingresos por derechos audiovisua­les se elevarán el próximo ejercicio de 6 a 40 millones.

Por su parte, el Reus no mira a Francia, sino a Portugal y a la China, y la pasada temporada firmó un éxito sin precedente­s al ascender a Segunda A. Hace tres años Joan Oliver, exdirector general de Barça, pasó a controlar la mayoría de un capital social de 300.000 euros y convirtió la entidad en un trampolín para cinco jóvenes jugadores portuguese­s representa­dos por Jorge Mendes, el agente de Cristiano Ronaldo. El beneficio fue mutuo, pero tanto como el primer ascenso del Reus a la división de plata destaca que se haya mantenido.

Oliver piensa en grande. El Reus tomó el 29% de un club chino en un proyecto en el que participa el expresiden­te del Barça Joan Laporta y sus directivos Rafael Yuste y Xavier Sala Martín. “A ver si el invento funciona”, valoró Oliver, que sueña con futbolista­s del equipo de China jugando en el Reus.

LA RESISTENCI­A DEL NÀSTIC “Hemos tenido propuestas de diferentes grupos extranjero­s y las hemos rechazado”

EL ÉXITO DEL GIRONA Los propietari­os, franceses, han delegado toda la gestión deportiva y económica a los expertos

EXOTISMO EN EL REUS El club, junto a Laporta y exdirectiv­os blaugrana, compró parte de un equipo de China

EL NUEVO SABADELL “Nuestro proyecto no estará vinculado a ningún país ni seremos la filial de nadie”

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