División sobre el sistema de voto para recolocar la Agencia del Medicamento
Los líderes europeos están llamados a tomar una decisión en la cumbre de esta semana sobre cómo elegir las nuevas sedes de las agencias comunitarias que la Unión planea repatriar de Londres tan pronto como se consume el Brexit, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y la Autoridad Bancaria Europea (EBA). Históricamente, este tipo de decisiones ha provocado fuertes fricciones y conflictos entre los gobiernos, de ahí el intento esta vez de hacer más civilizado el proceso pactando de antemano los criterios técnicos para valorar las candidaturas y el sistema de voto por el que se elegirá a las ganadoras.
Nadie niega que el destino de unas agencias tan importante debe tomarse de acuerdo a criterios de calidad, en especial para la EMA, encargada de autorizar y vigilar la entrada de nuevos medicamentos en el mercado comunitario, aunque los baremos propuestos dejarán claro que algunas propuestas no cumplen los requisitos, por ejemplo en términos de accesibilidad, como puede ser el caso de Malta. Pero, al final, habrá que votar entre las candidaturas más potentes. Y ahí está ahora mismo la pelea de los gobiernos de los Veintisiete. La propuesta de las instituciones europeas (Consejo y Comisión) es que se aplique el criterio de un país, un voto, un sistema que favorece a los pequeños países y las alianzas regionales como se ve, por ejemplo, en el concurso de Eurovisión. Los grandes países han expresado su oposición al plan y reclaman que se aplique el voto ponderado, el sistema que se aplica a la hora de tomar decisiones en el Consejo y que tiene en cuenta la población de cada país.
Tanto Alemania como Francia, Italia y España, los países con más peso, tienen intereses en las votaciones. España aspira a llevar a Barcelona la Agencia del Medicamento, la joya de la Corona, con sus más de 800 empleados, decenas de miles de expertos internacionales de paso y una actividad económica de alto valor añadido. Italia la reclama para Milán, y Francia y Alemania han presentado candidaturas para los dos organismos, con especial interés por la EBA. “La cuestión es si todos estarán dispuestos a llevar la pelea hasta el final”, advierten fuentes comunitarias.
La necesidad de una decisión rápida para garantizar la continuidad de las actividades de la Agencia del Medicamento es una de las grandes preocupaciones de la Comisión Europea, seguida por hallar una sede adecuada. Existe el temor de que con el sistema de un país, un voto “la agencia acabe en algún lugar no preparado para acogerla, en perjuicio de la calidad”, afirman fuentes comunitarias. El objetivo es elegir las nuevas sedes en octubre.