Revisión de la publicidad de las marquesinas
El gobierno de la alcaldesa Ada Colau acaba de pedir a la empresa concesionaria de los soportes publicitarios dispuestos por Barcelona que revise todos los carteles que en estos momentos se están exhibiendo en la vía pública. Aún colea la furtiva aparición estos días de un par de carteles que alentaban la turismofobia. El malestar entre muchos comerciantes es manifiesto. El edil de Turismo, Agustí Colom, repitió ayer que el Ayuntamiento no tiene nada que ver con lo ocurrido. No es la primera vez que estos elementos del mobiliario urbano son violentados a fin de llevar una protesta, y lo cierto es que este último ejemplo tampoco es precisamente el más osado de los vistos. Además, no son pocas en la ciudad las pancartas y pintadas muy críticas con la llegada de visitantes ocasionales y sus consecuencias en la vida cotidiana de la gente. Pero las políticas del gobierno municipal en esta materia, y también sus maneras de tratar a todos los sectores económicos que de algún modo tienen intereses en el turismo, está convirtiendo esta anécdota en munición política. Muchos piensan que la actitud del gobierno municipal alimenta este tipo de acciones. El grupo Demòcrata pidió ayer una profunda investigación de los hechos. Los concejales de Ciutadans también exigieron “explicaciones y responsabilidades” al gobierno municipal. Entienden que lo ocurrido no es un hecho aislado, que forma parte de una campaña de desprestigio del turismo.