El rejuvenecido Observatori Fabra estrena noches de verano
El Observatori Fabra ya goza de mejoras en sus instalaciones más desgastadas. A pesar de que puede alardear de ser el cuarto observatorio más antiguo del mundo, sus cien años de continua actividad han hecho que fuera necesaria una transformación. Concretamente, se ha restaurado el estuco esgrafiado de la entrada, la cerámica original del perímetro de debajo de la cúpula y se han cambiado las más de cincuenta ruedas del mecanismo de rotación. Además se han renovado y substituido las 95 ventanas. La restauración fue presentada ayer por el presidente de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, Ramón Pasqual y el director del Área de Investigación y Conocimiento de la Fundación Bancaria la Caixa”, Jordi Portabella, acompañados del director del observatorio, Jorge Núñez, y el arquitecto Carles Buixadé. El acto inaugural coincide con el comienzo del programa Sopars amb estrelles, una actividad que cumple su decimocuarta edición, y consiste en una cena al aire libre, una conferencia de divulgación y una visita al museo. El observatorio, obra del arquitecto Josep Domènech i Estapà, ha recobrado su aspecto original y vuelve a estar listo para contemplar el cielo. Redacción