El valor de la amistad
Dustin Johnson, campeón del 2016, ayudó al nuevo ganador, Brooks Koepka
Una conversación telefónica guió a Brooks Koepka hacia su primer título de Grand Slam. El jugador de Florida recibió un consejo y lo puso en práctica. “Sé paciente y sigue haciendo lo mismo que en los tres primeros días”. Dustin Johnson, que no había superado el corte del viernes pese a ser el campeón vigente, lo dirigió hacia la victoria. Koepka le hizo caso. Culminó un último recorrido espléndido con cinco bajo par para un total de -16 y con 272 golpes igualó el registro alcanzado por Rory McIlroy hace seis años. “Es un momento muy emocionante. Es un honor inscribir mi nombre junto al de otros grandes campeones”, manifestó el golfista, de 27 años.
Las similitudes entre Koepka y Johnson son evidentes. Son amigos, en los greens de los campos y también en el gimnasio, donde coinciden a menudo. Y tienen estilos muy similares, con un juego muy potente y una precisión exquisita con el putt. Una combinación letal en la edición de este año, en Erin Hills, donde Koepka encadenó tres birdies consecutivos en los hoyos 14, 15 y 16 que le situaron a las puertas de un objetivo que no esperaba el pasado jueves. Él se adaptó mejor que nadie a las duras condiciones de la última jornada, con mucho viento, y a la tensión por todo lo que estaba en juego. “Pero fue en el 13 donde recuperé la dinámica ganadora”, comentó. Su compatriota Harman y el japonés Matsuyama quedaron relegados a cuatro golpes y tampoco tuvo nada que hacer Justin Thomas, que había presentado una tarjeta récord de 63 la víspera. Era su momento y Koepa lo aprovechó.
Más allá de la unión con Johnson, el nuevo campeón ha seguido una trayectoria distinta a la de tantos estadounidenses que empiezan a competir desde jóvenes y sueñan con pasar a profesionales en el circuito americano. No. Koepka es distinto. Tanto, que incluso ha llegado a manifestar que “el golf es aburrido. La verdad es que no tiene mucha acción. En mi familia nos gusta más el béisbol”. Tal vez porque nunca había pensado en llegar tan arriba con los palos, su aprendizaje no se llevó a cabo ni en Palm Beach, en Florida, donde nació, ni en otros campos de Estados Unidos. Brooks Koepka apostó hace cinco años por el Challenge Tour europeo para foguearse y fue en una ciudad catalana, próxima a Tarragona, donde logró su primera victoria de prestigio. Sucedió en el 2012, en La Graiera, cerca de Calafell. Por este motivo su enorme éxito en Erin Hills provocó un sentimiento de satisfacción y alegría en Europa, donde se le conoce incluso mejor que en Estados Unidos. Ken Schofield, el ejecutivo que lideró el circuito europeo durante 30 años, ha manifestado que “muchos de los que le vieron jugar ya tenían muy claro que algún día conseguiría grandes triunfos. Es un gran jugador y una gran persona”.
El US Open es tan sólo su segunda victoria después del Open de Phoenix, en el 2015. Un éxito de impacto mundial que le ha permitido situarse décimo en la clasificación mundial que lidera su amigo Dustin Johnson.
VICTORIA EN TARRAGONA El estadounidense se estrenó en el campo de La Graiera, cerca de Calafell, en el 2012