El Barça se queda sin gol y sin la Liga

En el peor momento, el Barça Lassa se quedó sin gol. En los dos partidos que le podían dar el título, tanto el sábado en el Palau como ayer en Torrejón de Ardoz, los blaugrana vieron la portería muy pequeña. Sólo dos veces batieron a Jesús Herrero y dos goles en 80 minutos, uno en cada partido, son insuficientes para levantar la Liga, que se quedó Movistar Inter –cuarta consecutiva– gracias a una genialidad de Ricardinho a falta de tres minutos. Los de Andreu Plaza, que se queda en blanco en su primer año, pusieron el fútbol, pero les falló el remate.

Quien ha marcado primero ha ganado. Así han sido todos los partidos de la final y así fue ayer. En parte por la falta de puntería de un Barcelona que encerró al campeón de Europa, pero que fue incapaz de transformar tanto esfuerzo en goles.

El primer gol del Inter llegó pronto, en el minuto 6, y pesó mucho. Fue la jugada clásica en largo para el pívot, que ayer le hizo daño al Barça. Mientras los blaugrana presionaban arriba, Gadeia ganó la espalda a Tolrà y definió a la perfección a la media vuelta. Un despiste que a la postre resultaría fatal.

Los barcelonistas no lo dudaron y se fueron a por el empate. Pero Ferrao estaba muy marcado y Dyego estuvo demasiado individualista. Sin embargo, el extraordinario empuje del Barça hizo mella durante la segunda parte, en la que al Inter la pelota le duró poquísimo. Pero en los metros finales, Joselito y Dyego perdonaron. Adolfo tuvo la más clara, con Herrero en el suelo, pero ni así. Su trallazo se fue al larguero.

Parecía imposible. Hasta que Roger encontró el camino a cinco minutos de final al batir al portero por el palo corto cuando apenas tenía ángulo. Pero el empate duró poquísimo porque el mágico Ricardinho, que sólo había marcado un gol en los cuatro partidos anteriores, apareció cuando más lo necesitaba su equipo para inventarse una acción de fábula: caño a Ferrao y zurdazo seco ante Sedano. El Barça perdonó y Ricardinho se lo hizo pagar.