El Govern explicará los detalles del referéndum en un acto el 4 de julio
Puigdemont, Junqueras y diputados de JxSí desvelarán la base técnica y legal del 1-O
El día 4 de julio es, por excelencia, el de la independencia de Estados Unidos. Y, aunque no tenga nada que ver más allá del simbolismo que algunos quieran otorgarle, es también el escogido para desvelar todos los detalles sobre el referéndum del 1 de octubre. Los actores del bloque independentista –el Govern y los partidos que le respaldan dentro de Junts pel Sí– tienen previsto explicar la cobertura legal y las garantías que tendrá la consulta en un “gran acto” que se llevará a cabo en Barcelona, en un escenario todavía por determinar, pero que, a diferencia del de reafirmación del compromiso para celebrarla y del de anuncio de la fecha y la pregunta, no será el Palau de la Generalitat, sino que podría ser el Parlament. Un acto –pendiente de quién lo organiza formalmente, si el Govern o Junts pel Sí– que llegará después del que para el día 1 han convocado la Associació Catalana de Municipis (ACM) y la Associació de Municipis per a la Independència (AMI) para visualizar el respaldo del mundo local a la cita del 1-O.
La idea es que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, el vicepresidente del Govern, Oriol Junqueras, y los diputados que han redactado la ley de transitoriedad jurídica –y dentro de esta la parte que amparará la celebración del referéndum con independencia de que al final pueda acabar teniendo entidad propia– den cuenta de las características que tendrá la consulta tanto desde el punto de vista técnico como legal. La creación de la bolsa de voluntarios que ejercerán de agentes electorales, la confección del censo, la elección de una sindicatura electoral al estilo de la junta electoral, la designación de los miembros de las mesas o la previsión sobre la utilización de locales de votación en los casos de los ayuntamientos que se nieguen a colaborar en la cesión de colegios electorales, serán algunos de los detalles que se pondrán sobre la mesa y que, según avanzó ayer mismo Oriol Junqueras, permitirán visualizar el “carácter vinculante” que el Govern quiera que tenga el referéndum.
En paralelo, se pondrá en marcha una página web –Garanties.cat– en la que los ciudadanos podrán consultar todos los detalles sobre la organización de la consulta y resolver dudas a través de un servicio que estará atendido por juristas y empleados públicos. Y después del acto del día 4 en Barcelona –que en principio se había situado el 30 de junio, pero que al final se ha retrasado por cuestiones de agenda– está prevista una especie de gira de miembros del Govern y de Junts pel Sí –la campaña informativa que en su día anunció Carles Puigdemont– por más de doscientos municipios de Catalunya para explicar todas estas cuestiones. “Es bueno acercarlo al conjunto de la ciudadanía”, justificó el propio vicepresidente del Govern, que no se cansa de defender que el referéndum tendrá, a fin de cuentas, las mismas garantías que el resto de las convocatorias electorales.
El bloque independentista, en todo caso, no tiene intención, más allá de estas acciones públicas, de registrar todavía de forma oficial la ley que dará cobertura a la consulta en el Parlament y, de hecho, no piensa hacerlo oficialmente hasta después de las vacaciones. “No se firmará nada hasta después de vacaciones”, sintetizan gráficamente fuentes independentistas para justificar el porqué de la dilación, que busca no dar excusas a la Fiscalía para actuar. Una estrategia
que desde la oposición ha sido criticada reiteradamente, cosa que ayer hizo el portavoz de Catalunya Sí que es Pot, Joan Coscubiela, que aseguró que “el Govern de Junts pel Sí tiene todo el derecho del mundo a hacer los actos publicitarios y propagandísticos que desee, pero también tiene la obligación de rendir cuentas ante el Parlament”. “El grado de ninguneo al que el Govern está sometiendo al Parlament en un tema clave como la convocatoria del referéndum es un grave degradación de las funciones parlamentarias”, lamentó el diputado, que exigió que el presidente de la Generalitat comparezca “de una vez por todas ante el Parlament, y de forma solemne, para explicar su hoja de ruta y sus propuestas”. Y la crítica fue replicada por parte de Junts pel Sí por Jordi Turull: “Hace un año que (la ley de transitoriedad) la quisimos hacer en ponencia conjunta, y tú te negaste en redondo al lado de Cs, PSC y PP. ¿Recuerdas? Pues eso”, tuiteó.
En todo este contexto, mientras tanto, la CUP dio ayer en el barrio de Sant Andreu de Barcelona el pistoletazo de salida a la campaña por el sí en el referéndum con el lema “Sí, vivir significa tomar partido”. Los anticapitalistas han recuperado una de las citas más conocidas del filósofo marxista italiano Antonio Gramsci para definir su campaña. La elección de este enunciado contiene, en segundo término, una nueva reprimenda a la presunta indefinición de los comunes que lideran Xavier Domènech y Ada Colau. Y más si se tiene en cuenta que la cita de Gramsci está extraída de un texto de su juventud: “Odio a los indiferentes”.
Pero ayer la CUP repartió estopa tanto para los comunes como para el PDECat. Los cuperos desconfían todavía de los exconvergentes y lanzaron preventivamente una advertencia: “No valen reinterpretaciones del resultado, aquellos que piensen en aprovechar el resultado para negociar un nuevo marco de entendimiento se equivocan y traicionan”, señaló Eulàlia Reguant. Y ante la voluntad de Podem Catalunya, y posiblemente de En Comú Podem y Catalunya Sí que es Pot, de considerar el referéndum como un nuevo 9-N, la diputada fue también contundente: “Aquellos que piensen en aprovechar el resultado del 1-O para hacer una movilización más se equivocan y traicionan”.