La excepción catalana
Las cuencas interiores almacenan hoy una cantidad de agua que garantiza el consumo durante un mes más que hace ahora un año
La cantidad de agua almacenada en las cuencas interiores de Catalunya –el territorio que se extiende , mirando al este, entre la línea marcada desde La Seu d’Urgell hasta l’Hospitalet de l’Infant– asegura el abastecimiento a meses vista de toda la población que bebe de esos embalses. Esos pantanos almacenan en estos momentos treinta hectómetros cúbicos más de agua que los que había en esos embalses a finales de junio del 2016. O lo que es lo mismo, en estos momentos hay asegurada agua para un mes más (en treinta días se consumen en esas cuencas una media de treinta hectómetros cúbicos) de la que estaba garantizada hace hoy un año.
Un dato que anima en Catalunya a la tranquilidad, lo que choca con la preocupante situación vivida por culpa de la sequía en otros puntos de España. Aunque no cayera ni una gota de agua de aquí a septiembre la población de toda esa área no tendría problemas de abastecimiento. “En la mayor parte de Catalunya tenemos garantizada el agua para consumo de boca, agrícola e industrial para los próximos meses”, anuncia Enrique Velasco, jefe del Departament de Gestió i Recursos Hídrics de l’Agència Catalana de l’Aigua (ACA). Y esto es así –a pesar de la endémica sequía que sí afecta a Catalunya– “porque hemos tenido un buen invierno, con un clima más típico del Atlántico que del Mediterráneo, con una agua muy bien caída”, revela Velasco.
Una situación parecida se da en los territorios más al oeste de Catalunya (entre La Seu d’Urgell y Lleida) y abastecidos por los ríos de la cuenca del Ebro. “Normalidad”. Es la respuesta de una portavoz de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) al referirse al actual estado de embalses de esta cuenca como Riba-roja, Mequinenza, Oliana, Flix o Rialb. Todos ellos tienen en estos momentos suficientes reservas para abastecer durante el verano, aunque no lloviese, a todos los clientes que beben y viven de esa agua. La situación del bajo Ebro, la que afecta a Catalunya, nada tiene que ver con el drama hídrico que se vive desde Zaragoza hasta la cabecera de ese río. “En ese tramo del norte del Ebro el índice de sequía es de emergencia, se padece una acentuada sequía hidrológica”, afirma esta misma portavoz de la CHE. Velasco recalca que la tranquilidad de las reservas en Catalunya no es motivo para bajar la alerta y recomienda continuar “con un consumo racional del agua”.