El fin de las hipótesis
Nuestros abuelos no podían decidir cuántos hijos tener ni cuándo; ni evitarles enfermedades genéticas que hoy se detectan con tests rutinarios. El doctor Mukherjee cura cada día cánceres modificando genes. Y ahora los genetistas discuten si es legítimo eliminar el cáncer, pero para siempre, y otras dolencias de origen genético. Nunca la humanidad tuvo tanto poder, pero tampoco tanta responsabilidad: ¿nos atrevemos a reescribir nuestro destino? Y si podemos cambiar genes para curarnos, ¿por qué no para mejorarnos a nosotros y a nuestros hijos? Pero ¿qué es ser mejor o peor? Las preguntas ya nos las hacíamos, pero antes eran hipotéticas. Nadie puede ni debe ahora responderlas por cada uno de nosotros.