Díaz muestra su enfado y se resigna a acatar el giro de Sánchez ante el CETA
El grupo socialista no prevé rupturas de la disciplina de voto pese a las críticas
El giro del PSOE contra el acuerdo comercial entre la UE y Canadá (CETA) cogió a casi todo el PSOE con el pie cambiado. Los europarlamentarios del PSOE lo avalaron por unanimidad en febrero, el grupo socialista lo avaló el mes pasado cuando inició su trámite en el Congreso y lo volvió a hacer el pasado martes en la comisión de Exteriores, reafirmando su posición para la ratificación del tratado el próximo jueves en el pleno. Presidentes autonómicos del PSOE como la andaluza Susana Díaz o el valenciano Ximo Puig lo veían además muy positivo para sus propios intereses. Pero el mismo martes por la noche, la nueva presidenta del PSOE, Cristina Narbona, adelantó el cambio de posición con un simple tuit: “No lo vamos a apoyar”. Y el propio Pedro Sánchez se lo confirmó el jueves al comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici: “No ratificaremos el CETA en el Parlamento español, nuestra posición será la abstención”.
Moscovici se reunió ayer en Sevilla con Susana Díaz, que encajó el giro de Sánchez con indisimulado enfado, tras su reciente derrota en las primarias socialistas. “Voy a respetar la posición del PSOE, evidentemente no me queda más remedio que aceptarla y respetarla. Mi opinión la daré en el partido y no en los medios de comunicación. Los motivos de la abstención pídanselos a la dirección del partido”, replicó Díaz, con unas palabras que mostraban a las claras su irritación. Díaz y Moscovici celebraron que, pese a todo, el tratado será ratificado el jueves en el Congreso ya que el PP cuenta con un respaldo mayoritario.
La posición del PSOE la formalizará Sánchez el lunes en la reunión de la nueva cúpula de Ferraz con las ejecutivas de UGT y CC.OO. Y el martes, la nueva portavoz en el Congreso, Margarita Robles, anunció que se argumentará y se explicarán todos los motivos de la nueva posición en la cita del grupo parlamentario. Una gran mayoría de diputados socialistas, según fuentes parlamentarias, están a favor del CETA. Pero tanto la dirección del grupo como los diputados críticos dan por hecho que no se producirán rupturas de la disciplina de voto en el pleno del jueves. En el grupo no han gustado, para empezar, las formas: “¿Ahora vamos a fijar las posiciones políticas con un tuit?”. Pero la mayoría coincide en lo que ya dijo la eurodiputada Elena Valenciano, pese a defender el CETA: “Acataré la decisión del partido”. Habrá disciplina, pero también un intenso debate. Narbona insistió en que el CETA pone en riesgo 200.000 empleos en la UE. Y José Antonio Pérez Tapias, que hizo campaña por Sánchez, apostó por eso mismo por votar no. José Carlos Díez, el gurú económico en la campaña de Díaz, instó en cambio a apoyarlo para no perjudicar “a las personas a las que más ha maltratado la crisis”.
“No me queda más remedio que aceptar y respetar la posición del PSOE”, lamenta la presidenta andaluza