El lector expone Buenas vibraciones
Hoy en día, vivimos en un mundo crispado, cargado de violencia, de resentimientos, donde la buena voluntad de la palabrería se difumina ante la mezquindad de los hechos. Vivimos en una sociedad ultraconectada tecnológicamente. Se sabe todo de casi todos, pero la gran paradoja es que esta excesiva conexión nos está fomentando el olvido de la verdadera comunicación, la personal, el mirarse a los ojos, hablar de tú a tú, transmitir afecto con el roce, un simple abrazo...y eso se está perdiendo.
Vivimos en un mundo muy sofisticado, cuya tecnología avanza a velocidad de vértigo. Y es ahí donde probablemente echo de menos aquel mundo más naif, que no perverso, donde todo era más simple. Quizás no éramos mejores, pero sí creo que más sinceros y menos sofisticados, con menos postureos, sin tantas cámaras... Estuve hace unos días en el concierto de los Beach Boys. Ahí recuperé muchos recuerdos, muchas sensaciones que tenía olvidadas, quizás me falla ya la memoria, pero recuerdo aquel mundo, a pesar de que no estaba exento de lo mismo que ahora critico, pero lo recuerdo menos ácido.
Claro que hablamos del siglo pasado y los años sesenta y setenta, donde sucedieron acontecimientos muy relevantes que sacudieron el mundo, pero la respuesta de lo que ahora llamamos sociedad civil fue más sincera, más espontánea y, por supuesto, menos manipulada, o eso me parece a mí. Claro que entonces yo era niño y adolescente. Pero a lo que iba. Gracias a los septuagenarios chicos de la playa, recuperé por unas horas buenas vibraciones. Ojalá que se transformen en buenas realidades.