Desvelando el misterio
Los secretos de Albert Adrià al frente de Enigma
El territorio Adrià, entre la cuadrícula del Eixample y el Paral·lel, se ha convertido en un lugar propicio para exploraciones y descubrimientos culinarios. Tickets, Hoja Santa, 41º. Y, ahora, el nuevo Enigma, buque insignia del grupo.
5 a Taula ha visitado el espectacular local de la calle Sepúlveda de Barcelona cinco meses después de su inauguración. Un tiempo mínimo para una tal compleja y afinada puesta a punto.
De lo que hemos oído sobre el proyecto y de lo constatado en la visita, nos preguntamos: ¿Es Enigma un espectáculo cuyo protagonista es la cocina? ¿O se trata de un laberinto experimental de complicaciones neurogustativas? Nada, a nuestro parecer, más alejado de la realidad.
Enigma es sencillamente un restaurante colosal, con una cocina admirable, genial, precisa, que busca sentimientos de sorpresa, pero también la complicidad de los comensales que la visitan. Pasamos, durante nuestra visita, de una certeza a la siguiente, en un recorrido largo, pero no fatigoso, inteligentemente ensamblado y muy amablemente servido.
La concepción del local, de los arquitectos autores de Les Cols, aporta y permite cambios constantes de ubicación a lo largo de la comida. Los discretos tonos de las paredes contrastan con las futuristas nubes metálicas del techo. Los cristales que envuelven las estancias se adaptan con habilidad a los espacios sinusoidales de distribución. Todo forma parte de un determinado y buscado protocolo ambiental, inusual y valiente, pero también confortable.
Sin embargo, nada en el Enigma nos parece banal o gratuito. Empezando por la cocina, con Oliver Peña al mando, atenta a introducir nuevas ideas sin renunciar a texturas, gustos y cocciones increíblemente precisos.
Adrià y su equipo han trabajado y cocinado durante meses para conseguir unos objetivos muy exigentes desde el primer día. Van por el mejor camino y afortunadamente los tenemos muy cerca: un privilegio difícil de conseguir para nuestros seguidores urbanitas. ¡No nos lo dejemos arrebatar!