‘Selfie’ retrata la conversión de un pijo a Podemos
Un joven pijo de Madrid ve horrorizado en el telediario, durante la celebración del cumpleaños de su novia en casa de los futuros suegros, cómo la policía detiene a su padre, ministro del PP, por incontables delitos vinculados a la corrupción.
De entrada no se lo cree: “A mi padre le hacen regalos porque todo el mundo le quiere”, dice. Incluso cuando embargan su casa, el tipo se resiste a poner los pies en la tierra. Empieza a vagar. Aterriza en el barrio de Lavapiés, donde llega en metro con la misma expresión que un marciano podría haber adoptado al llegar a la tierra y conocer a sus habitantes. Y va a dar con gente del 15-M y de Podemos.
Es la historia de Selfie, película gamberrísima dirigida por Víctor García León y protagonizada por Santiago Alverú que en el último Festival de Málaga conquistó el premio de la Crítica. Falta por saber cómo responderá el público ante una cinta por lo demás inclasificable, rodada como falso documental en la calle y en mítines reales del PP y el partido de Pablo Iglesias, durante el tumultuoso ciclo electoral de los años 2015 y 2016.