Una casa para Carmen
Artistas como Teresa Berganza o Plácido Domingo se unen para comprar la mansión donde Bizet creó su ópera
Carmen quiere dejar de ser okupa en casa de Bizet, en Bougival, a veinte minutos de París. Hay que comprarle la casa. Y crear allí un Centro Europeo de Música. Los actuales propietarios de la mansión donde Bizet creó su ópera universal la han puesto a la venta y artistas como Teresa Berganza y Plácido Domingo se han unido para recolectar fondos para su adquisición (900.000 euros), salvarla así de la especulación inmobiliaria, y posteriormente desarrollar el proyecto.
La iniciativa ha partido de l barítono Jorge Chaminé, hijo de española y portugués, quien en 1992, en la Maestranza de Sevilla, cantó Escamillo con Carreras y Berganza, bajo la batuta de Domingo. Ocho años más tarde, Anne Gaelli Pellistrandi –hija de un melómano que compró en 1982 la casa de Bizet en Bougival– le enseñó la habitación en la que Bizet escribió Carmen ,la misma en la que moriría pocos meses después.Embrujado, Chaminé convenció a Berganza para que dictara allí sus másters. Prefigura así el Centre Européen de Musique.
“El dinero es el nervio de la guerra; pretendo que lo sea de la paz”. ¿Hacen falta tres millones de euros? Chaminé convenció a dartagnans.com, empresa de crowdfunding para que pusiera en marcha una campaña de recogida de fondos. Durante la presentación del proyecto se escucha la música de Rodrigo y Granados en la voz sorprendente de la soprano nigeriana Oma Bello. Luego, Chaminé tira de teléfono y el timbre inconfundible de Berganza, en francés, entra en escena: “El médico no me deja estar con vosotros, pero sabed que cantar Carmen cambió mi vida y me hizo la mujer que soy”. A continuación, una imagen, captada por otro teléfono. Domingo entre bastidores –en la Opera de Viena, donde cantaba Don Carlos, su papel n.º 148– asegura, en inglés, que hay que contar con él. Y además de ser quien es, Domingo es presidente de honor de Europa Nostra: 50 países, 450 organizaciones y más de 1.500 miembros individuales.
Chaminé recordó que Bougival es, gracias a los impresionistas, la localidad más pintada del mundo (¡476 cuadros!). Habría que ponerle sonido. Y entonar un mea culpa francés. Porque el público de la Opéra Comique de París silbó el estreno de Carmen, el 3 de marzo de 1875. Aquella burguesía no entiende que Carmen se deje matar por “esa cosa embriagadora, la libertad”. Ni soporta que una ópera cómica tenga un final infeliz.
No sólo Carmen acabará con esa distinción entre ópera seria y bufa sino que, apenas tres meses después del fiasco, Bizet, 37 años, morirá en su habitación de Bougival. Otros cuatro meses y será vengado, post mortem, por Viena, que lanza su Carmen. Un caso único: se convertirá en la ópera más representada. Con intérpretes de la talla de Victoria de los Ángeles, Maria Callas, Berganza, Angela Gheorghiu... En el cine –¡25 versiones!– tendrá el rostro de Theda Bara, Dolores del Río, Pola Negri, Raquel Meller, Imperio Argentina. Detrás de la cámara, Saura, Godard, Francesco Rossi, Peter Brook. Y Preminger con su Carmen negra. En fin, Gades, Roland Petit, Mats Ek (con la gran Ana Laguna) y Sara Baras le pondrán coreografía.
Y todo gracias a la señora Viardot, vecina de Bizet en Bougival. Paulina Viardot-García (18211910), hija del tenor y maestro del bel canto Manuel García y de la soprano Joaquina Briones, hermana de la diva María Malibrán y del barítono Manuel Patricio García, era a su vez una brillante mezzo. Y compositora. Primera extranjera en cantar el repertorio italiano en Rusia, Paulina inspiró la Consuelo de la novela homónima de George Sand. Y como también tenía salón en Baden Baden, le hizo leer a su gran amigo Johannes Brahms (1833-1897) la partitura de Carmen.
“Es genial, de la primera a la última nota”, dictamina el pianista romántico. La recomendación de Brahms fuerza el estreno vienés. Y de Viena al mundo. El 27 de noviembre de 1881, en el teatro Paganini, de Génova, un espectador descubre que su filosofía puede ser cantada. Es Nietzsche. En Bizet, el filósofo vislumbró “a esos hombres raros y raramente satisfechos, demasiado vastos para que un patriotismo pueda jamás colmarlos, esos que en el norte saben amar el sur y en el sur, el norte. Mediterráneos natos y buenos europeos. Para ellos escribió Bizet su música”. Sería normal, entonces, que Europa diera cobijo a Carmen.
El proyecto impulsado por el barítono Jorge Chaminé prevé la creación del Centre Européen de Musique