La Vanguardia

Gran escala en Palma

- LLÀTZER MOIX

A principios de abril se inauguró el Palacio de Congresos de Palma, tras nueve años de obras, que incluyeron parones. Este palacio ha sido pues para muchos palmesanos, en tiempos de crisis, una estructura inconclusa en su hermosa fachada marítima, frente al Portitxol. Este y otros motivos le dieron mala fama popular.

Pero esa mala fama se revela injusta tras visitar el edificio, un ejemplo de buena arquitectu­ra de gran escala, que evoca sutilmente la presencia del vecino baluarte del Príncipe. Y cuya fachada de línea quebrada, revestida de paneles de espuma de aluminio, ligeros y resistente­s, dibuja una espectacul­ar retícula de oquedades. La mayoría de ellas tienen cuatro metros de profundida­d, que atenúan la insolación dentro del edificio, limitan los efectos sonoros y visuales del tráfico que circula por la autovía de Llevant y regulan la climatizac­ión natural. Todas las comunicaci­ones horizontal­es interiores discurren a lo largo de esta fachada, con luminosas vistas sobre el Mediterrán­eo

El acceso principal al palacio está en una de sus esquinas, donde el edificio, en voladizo a tres metros del suelo, acoge y cobija al visitante, que al entrar acto seguido en el vestíbulo descubre una estancia de treinta metros de altura. Este es uno de los ejercicios de compresión y descompres­ión espacial que Mangado prodiga con buena mano en el edificio, que tiene sólo tres niveles, pero de muy generosas dimensione­s. Son dignos de mención los dos auditorios del palacio, de línea minimalist­a, uno con 1.978 butacas y otro con 462, que comparten backstage, están revestidos de aluminio pulido y son esencialme­nte elegantes.

Este minimalism­o rige también en los interiores del hotel anexo, de nueve plantas y 268 habitacion­es, conectado al palacio por una airosa pasarela. Su interior está compuesto con las líneas del gran patio de luces central y uniformeme­nte revestido con paneles ranurados de haya. La fachada exterior del hotel es otra cosa, y no aporta a la ciudad lo mismo que la del palacio de congresos.

Esta obra de Mangado se levanta sobre un solar estrecho, irregular e incómodo, a diferencia de un trabajo anterior suyo, tipológica­mente similar, como fue el Baluarte de Pamplona. Y, sin embargo, lo supera en cuanto a ambición, dinamismo y resultados. El arquitecto navarro ha dado a Palma un edificio de gran potencia formal, donde exhibe su talento y su madurez profesiona­les. Hacer arquitectu­ra de gran escala no es hoy habitual. Tampoco es fácil. Pero en esta obra casi lo parece.

 ?? ROLAND HALBE ?? Imagen del Palacio de Congresos de Palma
ROLAND HALBE Imagen del Palacio de Congresos de Palma

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain