La emoción del SW19
Nadal tiene a su alcance el número uno en Wimbledon
“En la hierba será más difícil, es otra superficie y habrá que ver cómo responden las rodillas”. Lo dijo Rafael Nadal en la sala de prensa un par de horas después de conseguir su décimo Grand Slam en Roland Garros. El tenista manacorense tenía previsto en ese instante disputar el torneo de Queen’s para preparar su llegada a Wimbledon, pero poco después, tras consultar con los médicos, decidió renunciar a ese compromiso y quedarse en Mallorca para completar su puesta a punto en un escenario donde no lo había hecho antes, pero igualmente sobre hierba. Para Carlos Moyà, “es una manera distinta de llegar a Wimbledon, pero estamos satisfechos del trabajo realizado”.
Nadie lo dice, pero la posibilidad de alcanzar el número uno en el All England Club es asequible para el número dos del mundo, que llegará a la cita con la moral por las nubes después de culminar una temporada de tierra espectacular con victorias en Montecarlo, Barcelona, Madrid y París, además de las finales en el Open de Australia y en Miami. Nadal tiene ahora 7.285 puntos y por delante tan sólo está Murray (9.390). Pero el escocés, después de una segunda mitad del 2016 espléndida –acabó el año con nueve títulos–, está ahora lejos de su mejor nivel. Fue semifinalista en Roland Garros y sólo cedió en cinco sets ante Wawrinka, pero desde que se impuso en las finales de la ATP únicamente ha podido ganar en Dubái. Poco bagaje para el tenista que domina en el circuito. Sus sensaciones no han sido buenas. No estuvo bien en Melbourne, donde Mischa Zverev le eliminó en octavos de final, ni en Indian Wells, donde cayó frente a Pospisil en segunda ronda.
Nadal sabe que tendrá que agacharse en la hierba del SW19 –abreviación de South-West London 19, donde están las instalaciones del tercer Grand Slam del año–, pero también tiene muy claro que si repite el título que ya consiguió en el 2008 y el 2010 será número uno del mundo otra vez. Empezó el año como noveno y ya atisba la mejor clasificación, que no ocupa desde el 23 de junio del 2014. En su mejor época en Wimbledon, encadenó cinco finales en seis años entre el 2006 y el 2011. Pero ha pasado mucho tiempo desde entonces. En el 2012, sus rodillas dijeron basta. Ahora, sin embargo, ha renacido. Y si no es campeón, también superará a Murray si llega a la final y el escocés no lo hace. En cualquier caso, Nadal y Federer se reencontrarán en Londres después del apasionante duelo que mantuvieron hace unos meses.