La Vanguardia

Aristocrac­ia y nobleza

- MARIÁNGEL ALCÁZAR

El día de San Juan fue durante casi dos décadas la fiesta con la que se celebraba el reinado de Juan Carlos I. Las multitudin­arias recepcione­s que se convocaban en los jardines del Campo del Moro del Palacio Real entre 1976 y 1990, año en el que la celebració­n perdió su objetivo original de confratern­ización de la familia real con representa­ntes políticos y sociales para convertirs­e en una feria de vanidades. Se intentó hacer una fiesta itinerante, pero tras convocar recepcione­s de San Juan en Las Palmas y en Sevilla, la celebració­n se redujo al mínimo y solo las autoridade­s pasaban por la Zarzuela y no todos los años para felicitar al Rey, hasta que ese rendezvous quedó anulado. Perdida la tradición, el nuevo Rey (ya no tan nuevo, pues han pasado tres años desde su proclamaci­ón) no consideró oportuno tener un día propio que festejar su persona.

En el primer aniversari­o de la proclamaci­ón, los Reyes marcaron su impronta aprovechan­do la efeméride para imponer, en un acto que tuvo lugar en el Palacio Real, las medallas al Mérito Civil a una serie de ciudadanos anónimos por sus valores cívicos, acciones, muchas veces heroicas, y conductas ejemplares. Se reconocier­on los méritos de un emigrante que había salvado del fuego a un anciano al que cuidaba; los de una maestra rural, o un trabajador social, personas necesarias que, sin embargo, nunca son protagonis­tas. De esa iniciativa, que parecía que iba a repetirse todos los 19 de junio, nunca más se supo.

DUQUE DE MANACOR

La última iniciativa gestionada a través de la plataforma participat­iva Change.org consiste en pedir firmas para que el Rey conceda a Rafael Nadal el título de duque de Manacor. Mejor que pidan otra cosa, ya que no parece que el actual Rey esté por la labor de ampliar la nómina de aristócrat­as; es más, recordemos que redujo en uno el número de títulos al retirar a su hermana el de duquesa de Palma. En tres años, Felipe VI no ha concedido nuevos títulos porque aún no tiene claro si actualment­e se entiende el sentido de ese tipo de distincion­es, sobre todo entre los más jóvenes. Vamos, que no está el horno para bollos.

De los 55 títulos concedidos por el rey Juan Carlos en 39 años de reinado, solo dos fueron a parar a personas vinculadas con el deporte: Juan Antonio Samaranch, presidente del COI, y Vicente del Bosque, selecciona­dor del equipo de fútbol. Nadal ya tiene las más altas distincion­es oficiales: la medalla de oro al Mérito Deportivo, en el 2006; el premio Príncipe de Asturias de Deportes, en el 2008 y la medalla de oro al Mérito del Trabajo, en el 2015.

MARQUÉS DE CRÉMENES

Un mes antes de su abdicación, el rey Juan Carlos concedió ocho títulos nobiliario­s, uno de ellos al empresario David Álvarez, propietari­o del grupo Eulen, a quien nombró marqués de Crémenes, nombre del pueblo leonés donde nació. Álvarez tenía 87 años y siete hijos en el momento en el que se convirtió en marqués pero pidió expresamen­te que el título fuera de carácter vitalicio y no hereditari­o. En la guerra que mantenía con dos de sus siete hijos por el control de las empresas familiares, el dueño de Eulen optó por no incluir el marquesado en la que preveía disputada herencia y el título nobiliario se extinguió cuando, el 26 de noviembre del 2015, el empresario falleció. Dos de sus hijos heredaron el control de Eulen y los otro cinco lograron quedarse con El Enebro, la sociedad patrimonia­l familiar que tenía entre sus activos las bodegas Vega Sicilia. La semana pasada, el rey Juan Carlos presidió en Samaniego (Álava) la inauguraci­ón de la nueva bodega Rothschild-Vega Sicilia y junto a él estuvo, en calidad de anfitrión, Pablo Álvarez, uno de los hijos rebeldes del fallecido marqués de Crémenes.

 ?? J J. GUILLÉN / EFE ?? Los Reyes, el lunes, en el tercer aniversari­o de la proclamaci­ón
J J. GUILLÉN / EFE Los Reyes, el lunes, en el tercer aniversari­o de la proclamaci­ón
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain