“Los masones tenemos que salir a la sociedad y dejar de escondernos”
Oscar de Alfonso es abogado. Valenciano de 50 años. Es desde el 2010 el gran maestro de la Gran Logia de España (GLE) y máxima autoridad de los 3.000 masones regulares del país. Hoy precisamente hace 300 años, el 24 de junio de 1717, se fundó la masonería moderna, cuando cuatro logias herederas de los gremios medievales de constructores de catedrales crearon la Gran Logia de Londres en la capital británica. Desde entonces, se calcula que hay unos tres millones de masones en todo el mundo, de todas las religiones e ideologías.
¿Cómo fue a parar a la masonería?
A los quince años empecé a interesarme por la masonería, pero no fue hasta ya licenciado en Derecho que, trabajando como pasante en un despacho, un día llegó un cliente. “¿No dices que te gusta la masonería? Pues este señor es masón”, me dijo mi jefe. Hablé con él, me puso en contacto con una logia de Valencia y un año y medio después me iniciaron. Fue el lluvioso 28 de enero de 1998, en una ceremonia preciosa. Aquella noche no pude dormir por la emoción de haber hecho realidad algo que
había esperado tanto tiempo.
¿Y qué pasó?
No diré que tenía temor, pero sí cierta aprehensión. Me impactó y es algo que me ha quedado grabado en el corazón.
Ya, pero le preguntaba por lo que pasó en la ceremonia.
Es que eso forma parte del secreto masónico, ja, ja.
Pues vaya decepción. Cuando a un masón se le pregunta qué es la masonería, suele responder algo así como que es un sistema peculiar de moral, ilustrado por símbolos y velado por alegorías. Francamente, uno se queda igual. Haga un esfuerzo y mejore esa definición. Para mí hay dos conceptos básicos que definen la masonería: el carácter iniciático y la fraternidad. A partir de ahí se le pueden añadir otras características, como escuela de formación, institución filantrópica...
¿Qué ha aprendido como masón y qué le ha aportado la masonería? Con cincuenta me veo más maduro, calmado y tolerante. ¿Eso lo ha hecho la masonería o la edad? Pues no lo sé. De lo que sí estoy seguro es que hoy no concibo mi vida sin mis hermanos masones.
¿En algún momento ha ocultado su condición de masón? Me inicié sin que mi madre, una católica practicante, lo supiera. Se lo expliqué al día siguiente y me dijo: “¿Pero eso sirve para algo?”. Desde entonces, nunca se lo he ocultado ni a mis clientes ni a mis amigos. Tampoco es que haya hecho grandes ostentaciones, pero sí que cuando se ha terciado lo he dicho. Lo peor de la masonería es que esté a cubierto, en silencio y a oscuras. La masonería tiene que salir a la sociedad. Los masones tenemos que dejar de escondernos.
¿En qué le ha beneficiado la masonería?
Pues me ha abierto tres millones de corazones en el mundo y la posibilidad de viajar y contactar con otros masones. Conocer a alguien y que inmediatamente se convierta en un hermano para siempre solo ocurre en la masonería. Somos una familia mundial, salvo en 42 países donde aún está prohibida la masonería.
En España hay más de 4.000 masones, si a los 3.000 de la GLE se suman los de otras grandes logias. En Francia y Gran Bretaña hay más de 200.000, y en EE.UU., más de un millón. ¿Por qué en España no crece la masonería? Por dos motivos fundamentales. El primero es la persecución durante el régimen de Franco ,y por otro la-
Hoy hace 300 años que se fundó la masonería moderna a partir de cuatro logias en Londres “Queremos demostrar que somos buena gente, que intentamos ser honestos, justos y estar con el progreso”
do, el desconocimiento por parte de la sociedad española. Y debo decir que los grandes culpables son los propios masones. Es verdad que fuimos perseguidos y liquidados después de la Guerra Civil, pero tras la legalización, ya en democracia, cuando la responsabilidad ya era toda nuestra, la masonería permaneció muy cerrada en sí misma. En el 2010 se produjo un cambio y decidimos que teníamos que salir al exterior. Desde entonces buscamos normalizar la relación con la sociedad. Queremos demostrar que somos buena gente, que intentamos ser honestos, justos y estar siempre con el progreso moral y científico. Abogamos porque la sociedad mejore a través de la mejora del individuo.
La sociedad mayoritariamente asocia la masonería con un lobby de poder... No somos un grupo de presión. No por ser masón te van a aumentar el sueldo, subir en la empresa o meterte en política. Es el concepto que algunos tienen todavía, pero es erróneo.
También se les acusa de ser una secta.
Sí. Al menos desde hace un tiempo hemos avanzado algo y ahora en las librerías ya no estamos en sectas o ciencias ocultas, sino en filosofía o historia. Lo de secta es resultado directo de la campaña de difamación y propaganda antimasónica que ha habido en España, no solo durante el franquismo, sino mucho antes, de cuando hace 200 años existía una Iglesia católica antimasónica que pugnaba contra una masonería anticlerical. Pero a mí lo que me interesa no es el pasado, sino la masonería del siglo XXI. No podemos estar añorando siempre una masonería de naftalina del mil ochocientos y pico. Eso ya pasó.
¿Son vigentes en el siglo XXI los valores y principios de la masonería medieval o de la de hace tres siglos? Sin duda alguna. Los principios de amor a la libertad, a la justicia y la igualdad, el concepto de fraternidad y el apoyarse mutuamente claro que siguen siendo válidos porque son inherentes al ser humano. Por supuesto que no somos la única institución que los promueve, pero los venimos practicando desde la época de las catedrales.
La GLE forma parte de la llamada masonería regular. ¿Qué quiere decir? La masonería regular es la que respeta la tradición original. Uno de los requisitos es ser creyente, que no quiere decir ser practicante de una religión, pero sí creer en un ser supremo. Para los cristianos es Dios, para los musulmanes Alá y para los judíos Yahvé. Nosotros lo denominamos de forma genérica Gran Arquitecto del Universo. La masonería regular acepta a todos los creyentes. Otro de los requisitos es que es exclusivamente masculina.
¿Los masones son machistas?
No, no. Las mujeres pueden ser masonas, en unas grandes logias creadas posteriormente a las que representa la masonería regular y que con el paso del tiempo evolucionaron y aceptaron a las mujeres. En España existen organizaciones masónicas mixtas, como la Gran Logia Simbólica o el Derecho Humano, y una que solo acepta mujeres, la Gran Logia Femenina.
¿Qué se le pregunta a un candidato a masón?
Lo que se intenta es comprobar que se trata de una persona honesta e íntegra. Solo eso.
¿Cuál es el secreto de la masonería?
Para mí es la experiencia vivida, la autotransformación personal con la que se intenta mejorar como ser humano. Si alguien entra buscando cómo se convierte el plomo en oro se equivoca.
Vale, pero me refería más bien a otros secretos, como palabras, signos de reconocimiento, rituales...
Todo está en internet, ja, ja.
Dígame alguno por lo menos.
No, porque hemos jurado no desvelarlos, como tampoco revelamos si otro hermano es masón y no hablamos nunca en las logias ni de religión ni de política, porque es lo que separa a los hombres.
Segunda decepción. ¿Bárcenas o Rodrigo Rato podrían ser masones? Aquellos que han protagonizado algún percance o delito penal grave no pueden ser admitidos dentro de la masonería. Si son condenados siendo masones, o se van o se les expulsa. Después, si han cumplido su condena y han pagado su delito, se les puede abrir la puerta sin necesidad de recordar algo que quizás ocurrió hace cincuenta años.
Entonces, ¿un Franco arrepentido habría podido entrar en la masonería? Pues yo no le perdonaría jamás por mucho que se arrepintiera. Hizo tanto mal, persiguió de manera tan obsesiva y compulsiva a los masones, entre otros muchos, que no tiene perdón.