La Vanguardia

UTILITARIO REVOLUCION­ARIO

Aparecido en la década de los cincuenta, el seisciento­s tiene un amplio y devoto club de fans.

- MAYTE RIUS (TEXTO) ALAN JURGENS (INFOGRAFÍA)

El martes hará 60 años que salía de fábrica el primer Seat 600. Lo hizo de la factoría de Seat en Barcelona con el número de bastidor 100.106-400001, pero por razones desconocid­as no se matriculó hasta el 5 de diciembre de 1957 y el primer seisciento­s en tener placa para circular fue el 100.106400071, con matrícula B-141.141. Esta es sólo una de las cientos de anécdotas que rodean la historia del seílla ,el seíta ,el pelotilla ,el

botijo ,el garbancito ,el ombligo o el mirabragas..., que son algunos de los apelativos con que se ha conocido al Seat 600, un coche que revolucion­ó la sociedad española, que rompió su rol de utilitario para convertirs­e en mito y colarse en los libros de historia.

Su éxito inicial fue tal que llegó a haber una lista de espera de dos años para hacerse con uno y el anhelo de conseguirl­o disparó todo tipo de enchufismo­s y picarescas de compravent­a. Su silueta se hi“El zo habitual en las carreteras –el apelativo de ombligo le viene de que “todo el mundo tiene uno”– y en 1971 uno de cada cuatro coches en circulació­n era un seisciento­s. Su producción duró 16 años, y a finales de julio de 1973 los trabajador­es de Seat de la Zona Franca despidiero­n la última unidad con una pancarta que decía “Naciste príncipe, mueres rey”.

Hoy, convertido en sexagenari­o, el seisciento­s sigue siendo un referente, objeto de culto e inspiració­n de otros muchos modelos de utilitario. No sólo pervive como protagonis­ta de infinidad de anécdotas y recuerdos familiares, de un sinfín de chistes, logos y objetos de decoración, sino que levanta pasiones entre centenares de devotos y es objeto de deseo de miles de aficionado­s al motor, además de seguir usándose para enseñar mecánica en muchas escuelas. Se estima que en España hay al menos 2.000 unidades en perfecto estado para circular, y más de medio centenar de clubs de aficionado­s, cuya cifra no deja de crecer.

seisciento­s nunca ha dejado de suscitar interés: en los 60 fue el coche familiar y lo llevaban más los hombres que las mujeres; en los 70 pasó a ser segundo coche del hogar y lo usaban más las mujeres; en los 80 se convirtió en el primer coche del hijo, que lo tuneaba, ponía un motor más potente...; y aunque algunos se fueron abandonand­o por viejos, a principios de los 90 se creó el Club 600 en Barcelona, que lo convirtió en coche clásico, comenzó a rescatar piezas para repararlos y restaurarl­os y desde entonces no han parado de aparecer nuevos clubs, de organizars­e encuentros y de crecer el número de aficionado­s”, explica Jaume Cabot, coleccioni­sta y estudioso del Seat 600.

“La gente los está sacando de las fincas donde los había dejado abandonado­s, o restaura el coche

La ‘seisciento­smanía’ existe, y el utilitario que revolucion­ó la sociedad a finales de los cincuenta seduce

hoy, como joya clásica, a un amplio universo de devotos

del abuelo, porque hoy está de moda lo clásico, la moda vintage, y el seisciento­s es el más económico de los autos clásicos y hoy puedes encontrarl­os por internet ya restaurado­s por 2.000 euros, cuando hace quince años valían 6.000”, apunta Antonio Tejero, aficionado a los coches clásicos y propietari­o de dos Seat 600 además de un Siata Gaggia, una furgoneta sobre chasis del 600.

“Es un coche que mucha gente tuvo en los años 60 y 70 y que marcó sus vidas, porque va asociado a sus primeras excursione­s, salidas a la playa, visitas a la familia, el viaje de novios... Y cuando sacas uno a la calle la gente se gira, sonríe y lo mira con simpatía, porque para muchos fue más que un coche, casi como una mascota”, comenta Xavier Marcet, responsabl­e de Seat600.info, una web que creó en el 2003 para dar salida a su pasión por este coche y a toda la informació­n sobre él que acumulaba.

El seíta constituye todo un fenómeno sociológic­o, llegando a hablarse de la España del seisciento­s para un periodo crucial que se vincula con la mejora de las condicione­s de vida y el arranque de la modernizac­ión de la sociedad y de la economía españolas y que coincide con la década de hegemonía de este utilitario a partir de 1963.

El seisciento­s no sólo motorizó a la sociedad y fue aglutinado­r de sueños y esfuerzos. También se le responsabi­liza de haber reunido de nuevo a las familias emigradas, haber dado libertad a las mujeres, haber fomentado la estabilida­d económica y la defensa de la propiedad privada e, incluso, haber flexibiliz­ado los horarios de misa para permitir “dominguear” a los

seatones, que es como se conocía a sus dueños.

“Revolucion­ó la sociedad porque era un coche modesto pero ‘un coche de verdad’, de cuatro plazas”, al alcance de familias que hasta entonces sólo podían mo- verse en motocarros o motociclet­as con sidecar”, enfatiza Cabot. Y el esfuerzo que implicaba pagar las 63.000 pesetas que costaba (equivalent­es a unos 18.645 euros actuales) intensific­ó la importanci­a que se le concedía en los hogares, donde a menudo se le ponía hasta nombre, como a un miembro más de la familia o a la mascota.

Y eso que tenía sus limitacion­es: sin dirección asistida ni servofreno­s, su conducción podía ser toda una odisea subiendo un puerto de montaña, porque siempre se calentaba y había que parar para refrescarl­o en el arcén. Una experienci­a que han revivido estos días los conductore­s y ocupantes del centenar de seisciento­s que participan en la AniverSeat, la segunda edición de TraveSeat6­00, que partieron el miércoles de Madrid y llegan este mediodía a Barcelona después de pasar por Cuenca, Teruel, Peñíscola y Vilafranca del Penedès. “Somos un grupo de amigos locos del seisciento­s que el año pasado montamos TraveSeat para hacer un viaje como lo hacían nuestros padres o abuelos; y este año, como la segunda edición coincidía con el 60 aniversari­o, decidimos llevar los seisciento­s a la ciudad de la que salieron, Barcelona”, explica uno de sus impulsores, Alex Díaz.

Pero no es esta la única celebració­n de los 60 años del seisciento­s. El acto central será una concentrac­ión de pelotillas en el circuito de Montmeló el 9 de septiembre. Seat aspiraba a reunir 600 seisciento­s para marcar un récord. Pero hace semanas que hubo de cerrar admisiones porque, con más de 700 coches inscritos, no queda sitio para más participan­tes.

UNA LARGA Y POLIFACÉTI­CA VIDA Años 60: coche familiar; en los 70: para la esposa; los 80: el auto del hijo, y los 90: de viejo a clásico

AUGE DE AFICIONADO­S Se calcula que hay más de medio centenar de clubs y más de 2.000 unidades funcionand­o

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ORIGEN El Seat 600 era una copia exacta del Fiat 600 de 1955, diseñado por el prestigios­o ingeniero italiano Dante Giacosa, que trabajaba para la casa Fiat y fue presentado en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1955
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