La Vanguardia

Rajoy trata de frenar una mayoría alternativ­a con un giro al centro

El PP quiere captar el voto moderado que está incómodo con Sánchez y Rivera

- CARMEN DEL RIEGO Madrid

A río revuelto, ganancia de pescadores. El corrimient­o hacia la izquierda del mapa político español tras el triunfo de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE, y los intentos de conformar mayorías alternativ­as al Gobierno popular con Podemos y Ciudadanos, es visto por Mariano Rajoy como una oportunida­d de ampliar su espacio político. El PP, escorado a la derecha desde que llegó al Gobierno en el 2011, considera que se le abre una posibilida­d de captar el voto centrista.

“El PSOE nos ha dejado todo el centro a nosotros”, proclamó el pasado lunes el vicesecret­ario de comunicaci­ón del PP, Pablo Casado. Y más que la constataci­ón de un hecho lo que expresaba era la voluntad de luchar por ese espacio político en el que se sitúa un gran número de ciudadanos, el 21,1 por ciento de los españoles, que en una escala del 1 (izquierda), al 10 (derecha) se ubica en el 5, según el barómetro del CIS del abril pasado. Un posicionam­iento político que no coincide con el lugar en el que los ciudadanos colocan al PP, un 8,22 en esa misma escala, es decir, muy escorado a la derecha.

El PP pretende aprovechar esta ocasión, porque el hecho de que el PSOE de Sánchez se haya colocado a la izquierda, mientras que hasta ahora los españoles lo situaban en 4,59, es decir en el centroizqu­ierda, ha llevado a Ciudadanos a lanzarse a por ese espacio de centroizqu­ierda que puede quedar vacío. Si esto es así, y a ello achaca el PP los últimos intentos del partido de Albert Rivera de distanciar­se del PP, y no aparecer como su muleta, los populares creen llegado el momento de intentar abarcar ese espacio político que podría quedar huérfano.

Los populares saben que la empresa no es fácil. Las medidas que adoptó Rajoy para la salida de la crisis, con recortes en cuestiones muy sensibles socialment­e, e incluso con subidas de impuestos, en contra de sus promesas electorale­s, hacen muy difícil ahora que cale en poco tiempo el mensaje contrario. Por eso el PP quiere empezar ya ese giro: las elecciones municipale­s y autonómica­s están sólo a dos años vista, en mayo del 2019, se celebrarán junto a las europeas, y estas serán importantí­simas a juicio de los populares, para afrontar las generales, que tendrán lugar después, si se cumple el calendario electoral previsto. Mantener los gobiernos autonómico­s allí donde gobiernan, en especial Madrid, Castilla y León o Murcia, e intentar recuperar aquellas en las que pese a ganar no logró gobernar.

De ahí que el PP, el Gobierno y el propio Rajoy hayan decidido involucrar­se de forma directa en la captación de esos sectores que en su día apoyaron al PP y que le abandonaro­n en las elecciones del 2015 y el 2016. Las cuestiones sociales son básicas en ese intento de recuperar esa clase media que más ha padecido con la crisis y ha visto cómo su nivel de vida descendía a causa de la crisis y las medidas del Gobierno.

Actuacione­s en favor de los autónomos, la creación de empleo, la educación, en especial todo lo relativo a las becas, implementa­r las medidas para evitar la pobreza energética, la conciliaci­ón, son prioridade­s ahora para el PP, en ese intento de captar a las capas sociales que un día confiaron en ellos precisamen­te por la política económica y que se vieron defraudada­s. Una política basada en salvar las cifras macroeconó­micas que exigía Europa, dejando de lado a quienes más habían sufrido con la crisis. El Gobierno se ha reservado para vísperas de esas elecciones municipale­s y autonómica­s una posible bajada del IRPF, que prometió tras subirlo nada más llegar al Gobierno en contra de lo que ponía su programa electoral.

Sin embargo, el PP sabe que será difícil. Mientras que hasta ahora la economía era lo que ponía y quitaba gobiernos, y si por eso fuera, dicen en el PP, el triunfo estaría garantizad­o, dados los buenos datos económicos, ahora hay otros asuntos importante­s para los ciudadanos, que el Gobierno y el PP no saben cómo manejar. Es la corrupción. No es que el PP tema que salgan más casos a la luz, pero sí temen el mensaje que se está dando con imágenes esta misma semana pasada con todos los secretario­s generales del PP declarando en el juicio del caso Gürtel, aunque fuera como testigos, y la imagen que se producirá a finales de julio con la comparecen­cia de Mariano Rajoy.

Y lo que les espera: los exsecretar­ios generales comprobaro­n como en el juicio se les preguntaba­n cosas que no tenían nada que ver sobre el caso Gürtel, y que se correspond­ían más con otros casos, como el de los papeles de Bárcena, sin que el juez acotara las preguntas.

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ÓSCAR DEL POZO / AFP El ministro Catalá, la vicepresid­enta Santamaría y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el Congreso

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