Cómo se financia la Iglesia
Marcar con una x la casilla del 0,7% del IRPF representa una aportación de 250 millones
A punto de cerrarse esta semana el plazo para la declaración de la renta (IRPF), es interesante conocer algunos datos sobre el sistema de financiación de la Iglesia en España y al mismo tiempo desmontar algunos tópicos.
Recaudación por IRPF. En 1988 el Gobierno español decide no dar una asignación a la Iglesia desde los presupuestos del Estado y permitir que cada ciudadano pueda a través de la declaración del IRPF entregar un 0,53% del impuesto a la Iglesia católica o bien a “fines de interés social”. El año 2000 se acuerda que se puede poner una x en las dos casillas (Iglesia y fines sociales). En el 2006 se acuerda eliminar la exención del IVA para la Iglesia y subir la aportación al 0,7%. Aproximadamente uno de cada tres españoles pone la x en la casilla de la Iglesia y eso supone una aportación anual en torno a los 250 millones de euros (se ha mantenido estable en los últimos años).
Diferencias por comunidades. El año pasado el 34,5% de los 19,4 millones de contribuyentes españoles puso la X en esta casilla (un 14,2% sólo a la Iglesia y un 21% a las dos opciones). Catalunya es la comunidad con un porcentaje más bajo, tan sólo el 19,8%. En cambio, en Castilla-La Mancha, Murcia, Extremadura y La Rioja casi uno de cada dos contribuyentes destina ayuda a la Iglesia.
Fondo Común Interdiocesano. El 81% del dinero procedente del IRPF va a un fondo común que la Conferencia Episcopal Española (CEE) distribuye de manera solidaria entre las 69 diócesis y el arzobispado castrense. Las diócesis con menos recursos reciben proporcionalmente más, de manera que si bien para la media este dinero supone un 25% de sus recursos globales, para las más pequeñas equivale al 80%. La que más se lleva cuantitativamente es la de Madrid, que es también la diócesis mayor en número de habitantes.
Distribución para otros recursos.
Del 19% restante procedente del IRPF (cerca de 50 millones), la partida principal es para pagar la Seguridad Social de los cerca de 18.000 sacerdotes (unos 16 millones). Y lo que queda es para Cáritas (unos 6 millones), rehabilitación y construcción de nuevos edificios, funcionamiento de la CEE y retribuciones de los obispados, gastos de campañas, procesos de beatificaciones y otras actividades, como el mantenimiento de 13TV. Cáritas ha hecho campaña para que se pongan cruces en las dos casillas, ya que de hecho recibe más dinero por parte de los fondos procedentes de los fines sociales.
Los ingresos de las diócesis. La asignación tributaria sólo representa por término medio el 25% de los ingresos anuales de las diócesis españolas. La aportación principal, un 36%, es la que hacen los fieles (donativos, colectas como Domund o Campanya contra el Hambre, herencias, legados...). Otro 20% proviene de ingresos corrientes por actividades económicas o subvenciones de convocatorias públicas, y un 12%, de rendimiento de su patrimonio (gestionado a través de más de 40.000 entidades católicas). La situación varía mucho según la diócesis. El año pasado, la de Sant Feliu de Llobregat hizo público en una entrevista a Signes dels temps (TV3) que de su presupuesto de 3 millones de euros el 50% venía del IRPF y sólo el 30% de aportaciones de fieles y el 10% de su patrimonio.
Los gastos de las diócesis. La conservación y mantenimiento de edificios se lleva el 29% de los recursos (en España hay unas 23.000 parroquias). Un 25% se dedica a la acción pastoral y asistencial, un 20% a pagar el sueldo del clero, un 12% a retribución de seglares, un 10% a gastos extraordinarios y un 6% a centros
JOSEP PLAYÀ MASET
de formación. Para darse cuenta de las diferencias: En Sant Feliu de Llobregat, los sueldos de los sacerdotes (y seglares) representan el 58% del gasto, mientras que el 20% es para la acción pastoral y asistencial y otro 20% para conservación de edificios. Y el sueldo bruto de los sacerdotes de la diócesis es de 953 euros.
¿Y los 11.000 millones? La asociación Alianza por una Europa Laica hizo público en el 2012 un breve estudio –repetido a menudo desde entonces– donde se decía que la Iglesia española recibía 11.000 millones al año. Para llegar a esta cifra incluían unos supuestos 2.000 millones por exención de impuestos (la Iglesia no paga ni IBI ni los impuestos de sociedades y sucesiones, como también están exentos fundaciones, partidos políticos y sindicatos). También añadía 4.900 millones en salarios a profesores de religión y a los de las 2.600 escuelas concertadas, que son dinero finalista. Como también lo son los 2.900 millones a centros asistenciales de la Iglesia (68 hospitales, 57 ambulatorios y 264 geriátricos). Otros 600 millones eran para conservación del patrimonio.
En España un 35% de los contribuyentes destina el 0,7% a la Iglesia; en Catalunya sólo lo hace el 20%