La Premier League se escapa
El baile de cifras multimillonarias cuando se habla de fichajes de futbolistas es últimamente espectacular y no porque sean clubs españoles los que hoy lideren la danza de las cantidades astronómicas que se barajan, como sucedía años atrás, sino por el impulso que la Premier League está dando al mercado. Desde la perspectiva del aficionado corriente los guarismos son mareantes. ¿Hay techo en los precios que se satisfacen por los derechos sobre los jugadores? ¿En qué criterios se basa la valoración de un futbolista? ¿Es razonable pagar por un futbolista más de 100 millones de euros?
No sólo hay fútbol en un futbolista… ¿Es mediático, tiene carisma, engancha comercialmente? Cada vez más las inversiones que los grandes clubs hacen en sus jugadores tienen que considerarse como auténticos activos intangibles, o incluso activos financieros en toda regla, gracias a su capacidad de generación de negocio de la que se beneficia tanto el club como el propio futbolista. La lucha enconada por ganar títulos se combina con la potencia comercial de la plantilla y de sus figuras. Las dudas sobre cómo se valoran esos cracks futbolísticos emergen y, desde luego, la estupefacción por los precios que se pagan es impresionante.
Centrémonos en comparar el tamaño de la Premier y de nuestra Liga. Al cierre de la última temporada (2015/16), los activos totales de los 20 clubs de la Liga inglesa ascendían a 8.883 millones de euros, sus deudas totales eran de 6.548 millones y su patrimonio neto se cifraba en 2.335. Por su parte, los 20 de nuestra Liga lucían activos por 4.017 millones frente a unas deudas de 3.002 y unos recursos propios de 1.015. Por tanto, el tamaño patrimonial de la Premier supera en 2,2 veces al de la Liga.
¿Por qué esa diferencia tan abismal en el plano financiero? La hegemonía de la Premier en términos económicos es aplastante, gestionando cuidadosamente sus ingresos que de 2.662 millones de euros en la temporada 2009/10 han pasado a 4.858 millones en la 2015/16 para los 20 clubs integrantes. Su facturación se reparte así: 2.546 millones en concepto de derechos televisivos, 1.487 por marketing y comerciales, y 825 de match-day, esto es, taquillaje, socios y abonados, explotación del estadio…
Esa potencia permite a los clubs, en primer lugar, desembolsar cantidades respetables para hacerse con los servicios de futbolistas talentosos y, en segundo lugar, satisfacer nóminas de elevada cuantía, con la ventaja adicional para los jugadores de que las normas fiscales en el Reino Unido son diáfanas, en un marco de seguridad jurídica, con lo que saben a ciencia cierta los impuestos que les tocará pagar. Así, los gastos de personal de los
clubs ingleses fueron de 2.881 millones de euros en 2015/16, las amortizaciones de derechos sobre futbolistas –el coste anualizado de los fichajes realizados– de 902 millones y los restantes gastos de explotación de 1.248 millones.
Comparemos estas cifras con las de nuestra Liga, cuya facturación sumó 2.511 millones de euros –1.650 en 2009/10– desglosados en 946 millones por derechos televisivos, 816 millones por comercialización y 750 de match-day. Los gastos de personal totales de los 20 clubs de la Liga ascendieron a 1.430 millones, las amortizaciones de jugadores a 328 y los otros gastos de explotación a 674.
Las diferencias de facturación entre la Premier League y la Liga son prácticamente del doble y algo más del doble es el total de nóminas que pagan los clubs ingleses respecto a los españoles, pero no soslayemos la cuantía de la amortización de derechos sobre futbolistas, donde la Premier va camino de triplicar a la Liga.
El modelo futbolístico y la explotación económica de la Premier se convierten así en paradigmáticos… Seguro que usted musita aquello de que los clubs ingleses no marcan el paso en la Champions League… “¿Champions League…?”, con cara de escepticismo me deslizaba un buen amigo inglés días atrás. “¡Premier League!”, exclamaba llenándose la boca.