La nave luminosa de Buigas
El Museu d’Art de Cerdanyola recupera los grandes proyectos del creador de la fuente mágica de Montjuïc
JOSEP PLAYÀ MASET El Museu d’Art de Cerdanyola recibe una donación de 182 placas de vidrio sobre proyectos de Buigas El proyecto de Buigas sobre una exposición flotante fracasó y se convirtió en un libro de ficción
Al ingeniero Carles Buigas se le conoce sobre todo por la Fuente Mágica de Montjuïc, que con su juego de luces y colores, sigue siendo una atracción para la ciudad casi 90 años después de su creación. También por el teleférico del puerto y por otras fuentes. Pero Buigas ideó grandes proyectos como una Nave Luminosa, donde el público podría disfrutar de grandes espectáculos musicales y teatrales, una Exposición Universal sobre la Paz en una isla flotante o un Teatro Integral de agua, luz y música. Y de estos proyectos ahora se saben nuevos detalles gracias al hallazgo de una maleta con 182 placas de vidrio que antes de morir dejó a su ayudante Pilar Ruba.
Esta mujer, que trabajó como delineante en la Sagrada Família y en otros proyectos de Buigas, murió en el 2016 y la maleta pasó a manos de su hermano. Y ahora el Rotary Club de Cerdanyola la ha adquirido y donado al Museu d’Art de Cerdanyola, situado en un edificio modernista que fue construido precisamente por el arquitecto Gaietà Buigas, padre del ingeniero. Carles Buigas (1898-1979) que de joven ya veraneaba en Cerdanyola, vivió sus últimos años y fue enterrado aquí. Por eso, de forma habitual tiene ya una sala dedicada en este museo.
La maleta, con sus diapositivas de vidrio en formato 85x100 mm, algunas de ellas coloreadas a mano, se expone ahora en el museo de Cerdanyola en el marco de una pequeña exposición dedicada a Buigas, que se acompaña de varios carteles de la Exposición Universal de 1929. Las placas reproducen fotografías de la Font Màgica, y de la iluminación y decoración de la avenida Maria Cristina, la plaza del Univers, el Palau Nacional y las escaleras de acceso y los pabellones. Excepto las fuentes, el resto de los elementos han desaparecido. Pero el interés de las placas radica también en que aparecen imágenes de sus maquetas sobre otros proyectos. Algunas imágenes son inéditas, aunque no existe hasta ahora un estudio a fondo de la obra de este mago del Art Déco catalán.
De las fantasías de Buigas quizás la más espectacular era la llamada Nave Luminosa, concebida en el mismo año 1929. Se trataba de un barco que contenía un verdadero parque de atracciones, con salas de fiesta, teatros, restaurantes, salas de exposiciones, pero también con una piscina y unas fuentes en la cubierta. Tenía que ser una exposición flotante que zarparía del puerto de Barcelona y sería una embajada del mundo hispánico. Primero lo negoció con el gobierno del general Berenguer y el rey Alfonso XIII, luego con la República que declaró el proyecto de “interés nacional”. Más tarde, siendo jefe del gobierno Alejandro Lerroux vino a Barcelona para apoyarlo. Y tras el paréntesis de la guerra altos cargos franquistas como el ministro Félix de Lequerica y los directores generales Joaquín Ruiz Giménez y Alfredo Sánchez Bella avalaron la obra. Pero en aquellos tiempos de autarquía, la falta de recursos obligó a abandonar la idea. Desengañado, Buigas se decidió a escribir un libro en 1951 titulado precisamente La nave luminosa, donde fabula con el viaje de ese barco ya construido. En el prólogo explica sus intenciones: “Que mi querida Nave Luminosa navegue sobre el papel ya que, por ahora, no puede hender las olas. Si nunca llega a singlar, que, por lo menos, viva en la ficción, entre las páginas de un libro”.
Buigas siguió soñando con este y otros proyectos, como por ejemplo el llamado Teatro Integral que Eugeni d’Ors llamó el “Bayreuth del agualuz”. Se sabe también que en 1963 firmó un contrato con la Fundación March para levantarlo y que su propósito era llevarlo a la Foixarda, en Montjuïc, pero el proyecto se fue a pique y Buigas quedó prácticamente arruinado. A principios de los 70 volvieron a interesarse por él los hermanos Ribas, propietarios de la Scala, pero el incendio de esta sala de fiestas en 1978 lo enterró definitivamente.
Txema Romero, director del Museu d’Art de Cerdanyola, explica que se ha dado un primer paso con la restauración de estas placas, gracias al apoyo de la Diputación, pero que ahora está en contacto con la Generalitat de Catalunya y el MNAC para realizar un estudio en profundidad de la obra de Buigas.