La Vanguardia

El BCE exige a la banca planes de sucesión de sus cúpulas

El mecanismo único de supervisió­n exige un protocolo que evite incertidum­bres

- LALO AGUSTINA Barcelona

El Mecanismo Único de Supervisió­n bancaria europea está exigiendo a los grandes bancos de la eurozona que tengan organizado­s los relevos de sus principale­s directivos, incluidos los presidente­s.

El Banco Central Europeo (BCE) está apremiando a los bancos a que tengan un protocolo de sucesión para sus consejos de administra­ción y sus principale­s ejecutivos –incluidos el presidente y el consejero delegado– que evite episodios de inestabili­dad o crisis profundas de dirección. La fuerte recomendac­ión, casi exigencia, del BCE se realiza a través del mecanismo único de supervisió­n (MUS), que ya hace un año publicó un informe sobre la gobernanza en las entidades bancarias en el que decía que había identifica­do “algunas institucio­nes en la que los planes de sucesión no estaban definidos o tenían margen de mejora”.

El comentario no concretaba a cuáles de los 113 grupos bancarios de la eurozona se refería, aunque sí dejaba claro enseguida que se trataba de un asunto clave. “Esto –proseguía el informe en relación a la falta de concreción– pone en peligro la continuida­d de la actividad en el consejo de administra­ción, por lo que el MUS espera que las institucio­nes formalicen un plan de sucesión”.

Aunque se han producido avances en muchas entidades, el supervisor europeo insiste ahora en que el protocolo es imprescind­ible, según varias entidades españolas. La importanci­a de contar con un procedimie­nto establecid­o para cambiar al presidente o consejero delegado se ha puesto de manifiesto en multitud de ocasiones. Pero, sobre todo, cuando las cosas salen mal. El ejemplo más evidente es el del Popular, cuyo consejo de administra­ción retiró su confianza en Ángel Ron, su presidente, el 3 de diciembre del 2016 y, para sustituirl­e, se contrató a un cazatalent­os. Emilio Saracho, el elegido, no tomó posesión hasta el 20 de febrero de este año.

Los grandes bancos, por su carácter sistémico o lo que en el sector se conoce como supervisió­n macroprude­ncial –la que tiene en cuenta los riesgos que afectan a todo el sector financiero–, han sido urgidos especialme­nte por parte del MUS a elaborar un protocolo detallado con el procedimie­nto y hasta posibles candidatos para algunos puestos. El Santander, como informa en su memoria del 2016, reunió a su comisión de nombramien­tos y retribucio­nes el pasado 18 de noviembre para revisar sus protocolos de sucesión de altos directivos clave, incluidos la presidenta y el consejero delegado. Fuentes del banco explican que el proceso “sigue avanzando y lo tiene ya toda la alta dirección”. El plan de sucesión incluye a José Antonio Álvarez, consejero delegado, pero aún no a Ana Botín, presidenta.

En el BBVA afirman que cuentan con un procedimie­nto para cubrir adecuadame­nte las eventuales bajas de consejeros. Pero no aclaran si el presidente, Francisco González, y el consejero delegado, Carlos Torres, tienen un plan como principale­s ejecutivos. En este caso, no es una cuestión menor. El mandato de González, si no media un nuevo cambio de los estatutos del banco, culminará en octubre del 2019, cuando cumpla los 75 años. Otras fuentes financiera­s afirman que tampoco hay aun un protocolo para otros ejecutivos importante­s de la entidad.

Por su parte, tanto CaixaBank como Bankia dicen estar al día y con los deberes hechos. La entidad que preside Jordi Gual nombró la semana pasada un consejero coordinado­r, que sería el encargado de dirigir el proceso de sustitució­n del presidente, llegado el caso. El protocolo de sucesión para la cúpula, según fuentes de CaixaBank, está aprobado aunque ahora se está revisando en profundida­d tras la compra de BPI y por la nueva dimensión del grupo. Bankia explica que “el BCE dio la orden de enviar un plan de sucesión, se preparó y se envió. Sin más misterio”. José Ignacio Goirigolza­rri fue nombrado presidente en mayo del 2012. Su plan es continuar a partir del 2019, cuando está prevista la salida del Estado del capital, siempre que lo quieran los accionista­s.

Por último, el Sabadell recuerda que las instruccio­nes del BCE sobre este asunto son más bien “una recomendac­ión, sin obligatori­edad ni calendario”. Pese a lo anterior, la entidad declara que “somos respetuoso­s con el BCE y tenemos el plan para el presidente, el consejero delegado y toda la dirección general”.

UNA RECOMENDAC­IÓN FUERTE El Central no obliga a nada en teoría, pero los bancos saben que más les vale obedecer LOS DEBERES PENDIENTES BBVA y, en menor medida, el Santander andan algo retrasados en sus protocolos

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