Cuatro mujeres sobresalientes.
Tres de las cuatro estudiantes con la nota más alta de selectividad optan por carreras de ingeniería
Anna Sallés y Mónica Torrecilla (en la foto), María Torras e Ivet Cano, tres alumnas del bachillerato científico y una del social, han obtenido la nota máxima de selectividad: un 9,8.
La tendencia de los últimos años se confirma en la generación de los nacidos el último año del siglo XX: aumenta el número de mujeres que se presentan a las pruebas de acceso a la universidad (PAU), aprueban también en mayor medida las jóvenes en comparación con los chicos y sus notas son más altas, como corresponde a sus expedientes académicos de bachillerato. También están presentes en la punta del iceberg de la excelencia. El próximo 20 de julio recibirán la distinción del Govern por obtener una nota de 9 o superior en la fase general 230 chicas frente a 176 chicos.
Y este año, para visibilizar aún más esta propensión académica, las cuatro mejores notas de selectividad, un 9,80, tienen nombre de mujer: Maria Torras, Ivet Boada, Anna Sallés y Mònica Torrecilla. Se trata de estudiantes con perfiles peculiares, que los sociólogos dirían que están adelantados a su tiempo porque tres de cuatro presentan intereses múltiples pero quieren enfocar su formación hacia los estudios tecnológicos. Mujer e ingeniería son aún términos que no congenian a pesar de la creciente demanda de las empresas que buscan la diversidad de plantillas y pese al esfuerzo de universidades que tratan de despertar vocaciones tecnológicas entre las niñas .
Mònica Torrecilla, estudiante de las Teresianas de la calle Ganduxer, se matriculará en Ingeniería Biomédica por la Universitat de Barcelona (UB) y Anna Sallés, alumna de Aula, sabrá hoy si la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) le acepta cursar el doble grado de Ingeniería Física e Industrial. Por su parte, Maria Torras, alumna del instituto Pius Font i Quer, duda entre seguir los estudios de Física, el doble grado de Física y Matemáticas o la nueva carrera de Nanociencia y Nanotecnología en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Las tres brillantes estudiantes de bachillerato científico (y Anna también ha realizado el bachillerato Internacional) adoran las matemáticas, la física, la química y la biología, pero no por ello han dejado de lado otras actividades de carácter artístico, humanístico o deportivo como la lectura (todas resaltan su afición a las novelas, especialmente de ciencia ficción), el teatro y la música (Maria acaba de graduarse en piano, canta en un grupo vocal y acude a una academia de ballet clásico, mientras que Anna va a clases de música, teatro y danza), y el deporte (Mònica practica tenis, natación y bicicleta). Ciencia y arte llevaron a Anna a escoger un tema humanístico para el trabajo de investigación de bachillerato para “cerrar mi etapa de colegio”. El tema fue la evolución psicológica del personaje de Hermione Granger en Harry Potter, del que destaca que la protagonista femenina de la saga de J.K. Rowling, curiosa y metódica, perfeccionista y racional, algo quisquillosa como adolescente es capaz de adquirir “una mirada
abierta”. Mònica, hija de dos abogados, se implica en el voluntariado en sus horas libres con la intención de compartir sus dones y su tiempo con la población más vulnerable.
La cuarta 9,80, Ivet Boada, se decanta en su elección por la comunicación y empezará en septiembre el grado de Publicidad y Relaciones Públicas en la Universitat Pompeu Fabra (UPF). “Me gusta lo que tiene que ver con el consumidor, los productos, cómo se pueden presentar los artículos, las promociones...”. Para Ivet, como para Maria, de Manresa, la universidad va acompañada de su emancipación familiar. “Tengo ganas de ir a estudiar a Barcelona”, indica la joven gerundense, aplicada y tenaz, que se ha formado en el instituto Sobrequés.
Las cuatro jóvenes brillantes, que no imaginaron estar hoy en este diario por sus méritos –y a Mònica le hace especial ilusión porque es el periódico que ha visto toda su vida en el salón de su hogar– recomiendan las mismas recetas que sus antecesores años anteriores: orden, método, disciplina, lecciones al día. Un esfuerzo cotidiano que les deja “sensaciones buenas” al terminar los exámenes.
Lleida y Tarragona también presumen de estudiantes sobresalientes. Arnau Dols, un 9,75, recuerda el momento de inflexión que le llevó a esta nota. Suspendió un examen de mates en primero de bachillerato en el IES Antoni Martí i Franqués y se dijo “nunca más”. Desde entonces no ha bajado del nueve. No es ordenado pero se esfuerza. “Es que me gusta más aprender que estudiar”. Antes de lunes tendrá que decidirse. Medicina (URV) le atrae por la posibilidad de ayudar a los demás. Pero el doble grado de Mates y Física (UAB) es un desafío intelectual. Capaz de abstraerse en la lectura o de exhibir su talento en el escenario con la trompeta o como actor, reivindica el teatro como vacuna contra el individualismo y como alimento para formularse preguntas.
El triplete de Lleida (9,5) ya piensa en celebraciones. Dos en una playa de Malta y la tercera prepara un viaje a Escocia. El equipo lo forman Laia Angrill, natural de Oliana y estudiante del IES Arrels de Solsona, que cursará Estudis Globals en la UPF, Oriol Ruiz y Pol Morell, compañeros de clase en el IES Gili i Gaya de Lleida, que se matricularán en doble grado en Biotecnología, Bioquímica y Biología Molecular en la URV y otro doble grado en Física y Matemáticas (UB), respectivamente. /
ORIGEN Tres alumnas proceden de colegios o institutos de Barcelona, y la cuarta, de Girona
PASIONES DIVERSAS Conjugan mates, física, química y biología con música, danza, deporte y mucha lectura
OTRAS PROVINCIAS Arnau Dols (9,75) en Tarragona y Laia Angrill, Oriol Ruiz y Pol Morell (9,50) en Lleida