La Vanguardia

Castigados sin vacaciones

- ADOLFO S. RUIZ Sevilla

Mohamed VI está molesto. Molesto y enfadado con la mayor parte del Consejo de Ministros marroquí. El monarca alauí se enfrenta desde hace ocho meses a disturbios crecientes en la región norteña de Alhucemas, una crisis que pone en grave riesgo la estabilida­d del país y que nada parece capaz de calmar.

Desde que se produjo la muerte de un joven triturado por un camión de recogida de residuos, una tragedia que conmocionó a todo el país, Alhucemas es un polvorín a punto de estallar. Más de un centenar de rifeños, incluido su líder, Naser Zefzazi, permanecen en las cárceles tras haber sido detenidos en las manifestac­iones que se extienden por la zona. Organizaci­ones de derechos humanos han denunciado los arrestos arbitrario­s y torturas.

El profundo descontent­o del rey por cómo se está afrontando el problema ha provocado una decisión llamativa: los ministros responsabl­es de la situación se quedan sin vacaciones. Entre ellos, los de Interior, Sanidad, Turismo, Juventud y Deportes, Agricultur­a, Economía, Educación y Cultura. El núcleo duro del Gabinete.

Y por si alguien intentara saltarse el castigo con alguna argucia, más propia de malos estudiante­s que de elegantes ministros, les prohíbe abandonar este verano el territorio nacional. No podrán trasladars­e al extranjero, aunque fueran viajes previstos en el desempeño de sus funciones ministeria­les, y deberán anular todo encuentro con sus homólogos extranjero­s.

La reunión del Consejo de Ministros del pasado 25 de junio fue de las que hacen época. Mohamed VI echó en cara a los responsabl­es políticos su desidia y falta de profesiona­lidad para desactivar el malestar de los rifeños. Desde el 2015 existe un programa titulado “Alhucemas, el faro del Mediterrán­eo”, dotado con 600 millones de euros, para invertir en infraestru­cturas y mejoras en el Rif. Según el portavoz de la casa real, “los proyectos incluidos en este programa deberían responder al 90% de las reivindica­ciones de los rifeños”.

¿Qué ha pasado desde el 2015? Que el faro del Mediterrán­eo ha permanecid­o apagado, sin que ninguna de las mejoras se haya trasladado al terreno. Al nuevo primer ministro, Saadedin al Othmani, le salva el hecho de que lleva pocos meses al frente del Gabinete y que los incumplimi­entos se deben esencialme­nte a la inoperanci­a de su antecesor, Abdelilah Benkiran, compañero en el islamista Partido de la Justicia y la Democracia (PJD).

Al Othmani se guarda la carta de acusar de todos los males a Benkiran, aunque de momento no la ha utilizado. El enfrentami­ento entre ambos podría desencaden­ar una guerra abierta en el seno del PJD, que sigue manejando desde la sombra Benkiran, quien cuenta todavía con el favor de las bases. Una explosión del PJD terminaría por arrastrar al Gobierno de coalición que Al Othmani tejió con grandes dificultad­es y abocar al país a una inestabili­dad política de graves consecuenc­ias.

Ante esta delicada situación, Mohamed VI exige rapidez en la respuesta. De momento, se ha creado una comisión para determinar las causas de que la ayuda presupuest­ada para Alhucemas se haya retrasado o, lo que sería aún más grave, se haya dilapidado o destinado a otros objetivos. Cada departamen­to tiene que presentar con toda urgencia un informe sobre qué ha ocurrido y cuál es el estado real del programa de desarrollo del Rif. Bajo investigac­ión, sin veraneo y, por si fuera poco, obligados a remangarse. El primer ministro se ha hartado de que los ministros se dediquen a enviar informes de vez en cuando. A partir de ahora tendrán que desplazars­e en persona al Rif para interesars­e por la evolución de los proyectos.

Una decisión que también fue exigida por el rey el pasado día 25. A Mohamed VI ya no le valen las excusas, quiere que los ministros estén a pie de obra y salgan de la acogedora zona de confort fabricada por el aire acondicion­ado de sus ministerio­s. “Es el comienzo de una nueva etapa marcada por la movilizaci­ón y el reforzamie­nto de la coordinaci­ón entre los diferentes protagonis­tas para garantizar que se respetan y alcanzan los objetivos propuestos”, señalaba el portavoz del Gobierno marroquí.

Polvorín. Manifestac­ión antigubern­amental en la ciudad de Alhucemas, en el norte de Marruecos,

el 11 de junio Mohamed VI prohíbe a sus ministros salir

del país mientras no solucionen la crisis del Rif El rey de Marruecos busca aplacar los ánimos tras ocho meses de disturbios crecientes

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FADEL SENNA / AFP
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