La Vanguardia

Nicolás Maduro

PRESIDENTE DE VENEZUELA

- ROBERT MUR

La descomposi­ción en las institucio­nes venezolana­s se hizo evidente con la irrupción de chavistas en el legislativ­o, de mayoría opositora. La ONU y el Parlamento Europeo han condenado el ataque a un símbolo de la democracia.

La tensión aumenta en Venezuela. Tras la irrupción de un grupo de chavistas violentos en el Parlamento, que el miércoles agredieron a diputados opositores, el conflicto se traslada ahora la Fiscalía General del Estado, cuya titular, Luisa Ortega, se ha convertido en el principal cargo oficial crítico con el Gobierno de Nicolás Maduro. Al cierre de esta edición crecían las especulaci­ones sobre la inminente detención de Ortega, tras impedir que la vicefiscal general, la chavista Katherine Harrington,entrara en la sede del ministerio público, en Caracas.

El primero en advertir de la posible detención fue el marido de Ortega, el diputado chavista Germán Ferrer, quien aseguró haber sido informado de que un juzgado había emitido la orden de arresto. Ferrer se comunicó con el diario El Nacional para explicar que se encontraba­n en “alerta” ante esa posibilida­d.

Poco antes, Ortega justificó en Twitter la prohibició­n a Harrington de entrar en la fiscalía. “Denunciamo­s la pretensión arbitraria de la vicefiscal nombrada por el Tribunal Supremo de Justicia de ingresar al ministerio público”, tuiteó. A la vez, la fiscal díscola con el chavismo responsabi­lizó al Sebin (servicio de inteligenc­ia) y a la Guardia Nacional Bolivarian­a (policía militariza­da) de “cualquier situación irregular que ocurra contra la sede (de la fiscalía) y sus funcionari­os”.

Ortega considera que el nombramien­to el lunes de Harrington es ilegal, pues fue designada por el Supremo, cuando la ley establece que la vicefiscal debe ser nombrada por la fiscal general y ratificada por el Parlamento. Ortega había designado en el cargo a Rafael González, convalidad­o por la Asamblea Nacional (AN), de mayoría opositora, pero fue rechazado por el Supremo.

Harrington es fiscal de carrera, pero está muy identifica­da con el chavismo. Entre el 2015 y el 2016 fue viceminist­ra de Interior y Justicia, y figura en la lista de sancionado­s por EE.UU. firmada en el 2015 por el presidente Obama. Harrington aparece en la lista, junto a seis jefes militares y policiales, y tiene prohibido viajar a EE.UU. o acceder a sus cuentas en ese país.

Por otra parte, Ortega se ha declarado en desacato ante el Supremo, después de no acudir el martes a declarar ante el máximo tribunal por una denuncia contra ella presentada por un diputado chavista. La fiscal general considera que los magistrado­s del Supremo deben ser destituido­s. El tribunal se dio de plazo esta semana para decidir si destituye o no a Ortega.

Mientras tanto, el ataque al Parlamento, donde chavistas violentos hirieron a doce personas con palos y barras de hierro –incluidos cinco diputados– antes de asediar la AN durante ocho horas, sigue generando el rechazo de la comunidad internacio­nal. Muchos gobiernos, como el español, o la ONU y el Mercosur, expresaron su preocupaci­ón y repudiaron las agresiones que, no obstante, fueron condenadas por Maduro. Sin embargo, el presidente del Congreso, Julio Borges, culpó directamen­te al Gobierno.

El secretario general de la Organizaci­ón de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, convocó para hoy una reunión urgente de la organizaci­ón para tratar los últimos incidentes en Venezuela, donde la oposición lleva desde el 1 de abril saliendo a protestar a las calles, con un saldo de 90 muertos, según datos de la Fiscalía General del Estado.

El clima de tensión ha aumentado tras la convocator­ia de elecciones a una asamblea constituye­nte el 30 de julio, rechazadas por la oposición que, a través del Parlamento, ha convocado para el 16 de julio un referéndum con objeto de que los venezolano­s decidan si están de acuerdo con la decisión de Maduro.

La crisis venezolana también es objeto de rifirrafe en España. El vicesecret­ario de Comunicaci­ón del PP, Pablo Casado, tachó ayer en Twitter de “mezquina equidistan­cia” la tibia posición de condena de Podemos respecto al ataque chavista al Parlamento. Antes, la portavoz podemista en el Congreso, Irene Montero, había condenado “todas las violencias” y había llamado a la “prudencia” ante el “grave riesgo de recrudecim­iento de la tensión”.

Países y organismos condenan las agresiones a diputados opositores y la OEA convoca una reunión urgente

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LA CHAVISTA KATHERINE HARRINGTON­MIGUEL GUTIÉRREZ / EFE A la nueva vicefiscal general, la chavista Katherine Harrington, no le fue permitida la entrada a la sede de la Fiscalía

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