La amenaza rusa
Karen Jachánov, entrenado por Galo Blanco, se mide hoy con Rafa Nadal por un puesto en octavos
A pesar de su teórica superioridad, Rafa Nadal hará bien en no confiarse hoy en su enfrentamiento con el ruso Karen Jachánov en Wimbledon, pues el joven tenista entrenado por Galo Blanco en Gavà atesora cualidades suficientes que, si todavía no le permiten plantar cara a Rafa, sí pueden hacerle pasar un mal rato.
Karen Jachánov bien podría ser el nombre de un personaje de novela de León Tolstoi. Su aspecto encajaría a la perfección en un Ana Karenina del siglo XXI. Tiene buena planta: 1,98 m; una sonrisa pícara; un carácter frío, directo, pero también sentido del humor ácido. Si bien le gusta leer novela romántica, Jachánov no es parte de una ficción. Es una de las promesas del tenis mundial. Para muchos, el sucesor de Marat Safin. El espejo existe. Tiene ese aire seductor tan safiniano que le convierte en imán y hoy, en la pista central del All England Club, buscará sus primeros octavos de final de Wimbledon.
El diamante ruso, que se está puliendo en Barcelona bajo la férrea disciplina de Galo Blanco, ha sido alabado por su próximo rival, el ganador de 15 Grand Slam y dos veces rey en el SW19: Rafa Nadal. “Es un buen trabajador y tiene un potencial alto”, avisó el mallorquín, que fotografió así al moscovita: “Golpea muy fuerte la pelota, tiene buen servicio y buen revés. Tiene potencia en todos los sentidos”. Nadal y Jachánov no se han medido aún en competición, pero sí han entrenado en más de una ocasión. Y con esa información, el número 2 del mundo no quiere confiarse. “Es un rival peligroso”.
Pero, ¿quién es Jachánov? ¿Es un chico normal de 21 años? “Es un chaval muy trabajador, un poco cabezota y muy suyo. Hay que estar muy encima de él para repetirle las cosas”, apunta Blanco. “Es normal en chicos de su edad. Es lo que toca. Sí es cierto que no tiene ningún problema para hacer todo lo que le pedimos”. Estar muy encima va asociado a la nueva generación. “Los culpables somos nosotros, los padres –reconoce el técnico–. Se lo damos todo hecho. Cuando luego se ven en una situación difícil, como un partido complicado, se ponen a buscar una ayuda”.
“Es complicado. En mi época me fui solo a Barcelona con 13 años a buscarme la vida. No había teléfonos móviles ni nada parecido. Ahora, los chavales están todo el día con el iPhone en Instagram. Facebook, Twitter… en lugar de enriquecerse hablando. Esto no ayuda a que maduren. Hay que intentar hacerles ver que todo tiene unos límites, que además de ver Instagram tienen que leer un poco. Eso les hace ser más maduros mentalmente y en la pista todo ayuda”. Los consejos de Galo deben calar, pues Jachánov está estudiando a distancia en la Universidad de Moscú.
El entrenador de la academia 4Slam Tennis de Gavà, que también llevó la etapa formativa de Milos Raonic, disfruta del proceso con sus pros y sus contras. “Lo bueno es que coges un chaval casi de la nada y lo formas, intentando sacar lo mejor de su juego. Ves su evolución, que es algo muy bonito. Lo malo es la inmadurez. Gastas mucha energía durante todo el día y a menudo haces más de padre que de entrenador. Es lo más difícil, pero a mí me gusta hacerlo. Lo que me llena de verdad
LA ESCUELA Hace tres años, el joven, de ahora 21, se trasladó a Barcelona y se puso en manos del extenista
es ver la progresión que tienen”.
A los 18 años, Karen tomó la decisión de mudarse a Barcelona y rodearse de un equipo completo. Junto a Galo, Joan Ozón, fisioterapeuta, y Toni Estadella, su preparador físico. El ruso ha ido adquiriendo una ética de trabajo de jugador top. El techo que tiene es difícil de calcular, pero ha subido escalones al cielo con pasos de gigante. Número 34 del mundo, John McEnroe le ve dentro del Top 10 a final de curso.
Y la capital catalana está siendo el escenario perfecto: en el Godó de este año logró su primera victoria ante un top 10 al vencer a David Goffin. Y en noviembre del año pasado dio el sí quiero a su ahora esposa, Veronika Shkliaeva. ¿Y qué le dijo su papá entrenador cuando le anunció que se casaba? “Que se equivocaba –bromea entre risas–. Y lo aconsejo, pero él hace lo que quiere. Pero si es feliz ya está bien”.
LA PROGRESIÓN En el último Godó logró su primera victoria ante un top-10 y McEnroe ya lo ve entre la élite