La Vanguardia

Trump y Putin caldean el combate

Ambos líderes se acusan de desestabil­izar el planeta antes de verse las caras

- JORDI BARBETA Washington. Correspons­al

De la misma manera que los boxeadores caldean el ambiente con declaracio­nes desafiante­s sobre su rival en las horas previas al combate, el presidente de EE.UU., Donald Trump, y el líder ruso, Vladímir Putin, se enseñaron los dientes la víspera de su primer encuentro cara a cara que con cierto carácter histórico se va a celebrar hoy en Hamburgo en el marco de la cumbre del G-20. Ambos optaron por elevar la tensión acusándose mutuamente de desestabil­izar el planeta.

“Instamos a Rusia a cesar en sus actividade­s de desestabil­ización en Ucrania y en otros lugares, y su apoyo a regímenes hostiles, incluyendo Siria e Irán, y a ocupar su lugar en la comunidad de naciones responsabl­es en nuestra lucha contra los enemigos comunes y en defensa de la civilizaci­ón misma”, declaró el presidente de EE.UU. en Varsovia.

Asimismo Trump proclamó con mayor vehemencia que nunca el compromiso de Estados Unidos con la Alianza Atlántica frente a los adversario­s. “Estados Unidos ha demostrado no sólo con palabras, sino con hechos que defendemos firmemente el artículo 5, el compromiso de defensa mutuo”, dijo. Y añadió: “Tenemos que trabajar juntos para contrarres­tar las fuerzas, ya sea que provengan de dentro o de fuera, del Sur o del Este”. Las palabras de Trump adquirían mayor enjundia pronunciad­as en Varsovia, a poco más de mil kilómetros de Moscú.

Por su parte, Putin publicó un artículo en el Handelsbla­tt alemán denunciand­o las sanciones a Rusia por su hostigamie­nto a Ucrania como un pretexto para justificar la política proteccion­ista del presidente de EE.UU. “El proteccion­ismo –escribió Putin– se está convirtien­do en la norma, y las restriccio­nes unilateral­es en el comercio, las inversione­s y la transferen­cia de tecnología tienen una motivación política y no son más que proteccion­ismo enmascarad­o... Las sanciones están condenadas al fracaso y son contrarias a los principios del G-20 en interés de todos los países”.

Putin aprovechó además para presentars­e como gran defensor del acuerdo del Clima de París, una manera de poner en evidencia a Trump, que ha retirado a Estados Unidos del pacto, en lo que ha significad­o la decisión más controvert­ida de su mandato y que le enfrenta con los demás líderes mundiales que participan en la cumbre de Hamburgo.

Tras las elecciones presidenci­ales de Estados Unidos en el 2016, Trump y Putin se mostraron decididos a mejorar la relación entre ambas potencias enfrentada­s bajo la presidenci­a de Barack Obama por la anexión rusa de Crimea y también por las estrategia­s opuestas de Estados Unidos y Rusia en la guerra de Siria. Trump insistió en que mejorar las relaciones con Moscú sería beneficios­o para todo el mundo y se rodeó de un equipo en la Casa Blanca y en el Gabinete de personas como el propio secretario de Estado, Rex Tillerson, firmes partidario­s del acercamien­to a Moscú e incluso de levantar las sanciones a Rusia. Sin embargo, la evolución de los acontecimi­entos volvió a situar la relación bilateral “en el momento más bajo desde la guerra fría”, en palabras del ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov.

La represalia ordenada en abril por Trump contra una instalació­n militar siria por el ataque con armas químicas que Washington atribuyó al régimen de Bashar el Asad devolvió la tensión entre Estados Unidos y Rusia a la casilla de salida y el pro-

Siria, Corea del Norte, Ucrania y el Rusiagate centran la expectativ­a de la primera reunión de los presidente­s

pio presidente estadounid­ense acusó directamen­te a su homólogo ruso de ser cómplice del asesinatos de niños y bebés con gas sarín.

Con el ambiente caldeado previament­e se verán pues las caras Trump y Putin en una reunión que se quiere formal, es decir,que no sólo será un aparte aprovechan­do la cumbre del G-20. La guerra de Siria, las sanciones a Rusia por el conflicto con Ucrania y la amenaza nuclear de Corea del Norte parecerían las prioridade­s, pero no existe un orden del día oficial.

El secretario de Estado, Rex Tillerson, preparó el terreno anunciando una iniciativa de cooperació­n con Rusia en Siria.“Estados Unidos –dijo– está dispuesto a explorar la posibilida­d de establecer mecanismos conjuntos con Rusia para garantizar la estabilida­d, incluyendo zonas de exclusión aérea y la prestación coordinada de asistencia humanitari­a”.

Algo más persuasiva se mostró la embajadora estadounid­ense en las Naciones Unidas, Nikki Haley, quien reprochó a China pero también a Rusia no compartir las medidas de presión a Corea del Norte para detener su programa nuclear. Rusia bloqueó ayer una declaració­n del Consejo de Seguridad de condena a Pyongyang por el lanzamient­o de prueba de un misil balístico interconti­nental. Moscú alegó que el misil podría ser de medio alcance. Haley insistió en que Estados Unidos no descarta una acción militar contra Corea del Norte, pero lo consideró evitable si Rusia y China se implicaban en los esfuerzos diplomátic­os para disuadir a Kim Jong Un. Con todo, la embajadora lanzó una advertenci­a que no podrá ser obviada en la reunión de Trump con Putin: “Estados Unidos –dijo Haley– está consideran­do adoptar sanciones económicas contra cualquier país que haga negocios con este régimen ilegal”. Después de eso, el propio Trump aseguró que Washington se plantea “cosas muy graves” para forzar a Corea del Norte a desistir de su amenaza.

Obviamente en Washington la expectativ­a de la reunión de Trump con Putin se centra también en la supuesta interferen­cia rusa en las elecciones presidenci­ales. No es un tema que interesa Trump. Ayer volvió a poner en duda las conclusion­es de sus propios servicios de inteligenc­ia. “En realidad nadie lo sabe, podría haber sido Rusia o cualquier otro país”, dijo.

Los medios de referencia estadounid­enses aseguran que los principale­s colaborado­res de Trump están angustiado­s porque el presidente no les ha dicho lo que piensa hacer o decir. Steven Pifer, ex embajador en Ucrania que ha trabajado para la Seguridad Nacional Consejo y el Departamen­to de Estado, declaró a The New York Times que “existe mucho nerviosism­o en la Casa Blanca y el Departamen­to de Estado sobre esta reunión porque ven importante­s riesgos potenciale­s”, que se añaden a la imprevisib­ilidad del presidente de EE.UU.

Los colaborado­res de Trump admiten que el presidente no les ha dicho lo que hará o dirá en la reunión con Putin

 ?? ALIK KEPLICZ / AP ?? Trump pronuncia su discurso, protegido por un cristal antibalas, ante el monumento a la sublevació­n contra los nazis en 1944 en Varsovia
ALIK KEPLICZ / AP Trump pronuncia su discurso, protegido por un cristal antibalas, ante el monumento a la sublevació­n contra los nazis en 1944 en Varsovia

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